El centro de Madrid sufre más ruido que los municipios próximos a Barajas

Los madrileños sufren un ruido excesivo tanto de día como de noche. Así lo revelan las 22 estaciones de medición del ruido distribuidas por la ciudad (siete en la periferia y el resto en la zona centro). La mayoría de las estaciones excede los límites legales marcados por un decreto del Gobierno regional (65 decibelios durante el día y 55 por la noche), en vigor desde el pasado 8 de junio. El concejal de Medio Ambiente, Adriano García Loygorri, adelantó ayer que está a punto de aprobarse una ordenanza contra el ruido "más dura y restrictiva" que la actual.

La zona con mayor índice de ru...

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Los madrileños sufren un ruido excesivo tanto de día como de noche. Así lo revelan las 22 estaciones de medición del ruido distribuidas por la ciudad (siete en la periferia y el resto en la zona centro). La mayoría de las estaciones excede los límites legales marcados por un decreto del Gobierno regional (65 decibelios durante el día y 55 por la noche), en vigor desde el pasado 8 de junio. El concejal de Medio Ambiente, Adriano García Loygorri, adelantó ayer que está a punto de aprobarse una ordenanza contra el ruido "más dura y restrictiva" que la actual.

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La zona con mayor índice de ruido se encuentra, según las estaciones municipales de medición, en la plaza del Doctor Marañón, en la confluencia del paseo de la Castellana con la calle de Abascal y la avenida de América. El mar de coches que cruza todos los días por esa plaza sitúa los niveles de ruido por encima de los 70 decibelios.Estos datos, registrados en la página de medio ambiente en Internet (www.mambiente.munimadrid.es), se repiten diariamente sin apenas variación. El pasado jueves, por ejemplo, alcanzó por término medio durante el día los 73,6 decibelios. Después (véase gráfico) le siguieron la glorieta del Marqués de Vadillo (71,5), la plaza de Castilla (70,9) y la avenida de Ramón y Cajal (70,8). Sólo las mediciones de la Casa de Campo (51 decibelios) están por debajo de los límites que un decreto regional considera permisibles para el ciudadano.

Para hacerse una idea de cómo son los "sonidos urbanos", un martillo neumático alcanza los 120 decibelios. En el interior de una discoteca se puede llegar a los 105, mientras que la voz humana oscila entre los 40 y los 60 decibelios. El ruido puede favorecer, según los expertos, la aparición de problemas de estrés y de falta de concentración.

El director general de Calidad Ambiental de la Comunidad de Madrid, Ignacio López-Galiacho, explicó ayer que los ayuntamientos disponen de un plazo de dos años desde la aprobación del decreto regional (en julio pasado) para establecer las zonas y sus límites sonoros. "Para acabar con estos niveles se pueden hacer todas las restricciones necesarias, como reducir la velocidad máxima de los vehículos o cambiar la ubicación de los semáforos para que no haya muchas paradas y arranques", señaló López-Galiacho.

Transporte colectivo

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El concejal de Medio Ambiente de Madrid, Adriano García Loygorri, anima a los vecinos de la capital a utilizar el transporte colectivo para así reducir el tráfico privado en la capital y, de paso, una de las principales fuentes de emisión de ruido. "No podemos prohibir el tráfico, porque los ciudadanos no lo entenderían", señala.

La Comunidad goza de potestad sancionadora en caso de que el Ayuntamiento de Madrid no imponga medidas contra el ruido. "Me consta que la Concejalía de Medio Ambiente tiene una gran preocupación sobre el tema y que está trabajando concienzudamente para atajarlo", concluyó el director general.

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