Cartas al director

Los políticos serranos, sin carta

Lo primero que han hecho los que viven de la política, cada vez mejor, para los que tengo un calificativo que no quiero utilizar, ha sido reírse de los votantes haciendo uso de esa fórmula que llaman los pactos y así l1egar arriba los que las urnas colocaron abajo. Su primera sesión de trabajo la han empleado en la desvergüenza de subirse el sueldo, y lo curioso es que los de izquierdas, que no pueden ver a los de derechas, en lo de repartirse el dinero de los contribuyentes están todos y siempre de acuerdo. Antaño teníamos que padecer una dictadura; hoy sufrimos otra, la de las urnas, pues ...

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Lo primero que han hecho los que viven de la política, cada vez mejor, para los que tengo un calificativo que no quiero utilizar, ha sido reírse de los votantes haciendo uso de esa fórmula que llaman los pactos y así l1egar arriba los que las urnas colocaron abajo. Su primera sesión de trabajo la han empleado en la desvergüenza de subirse el sueldo, y lo curioso es que los de izquierdas, que no pueden ver a los de derechas, en lo de repartirse el dinero de los contribuyentes están todos y siempre de acuerdo. Antaño teníamos que padecer una dictadura; hoy sufrimos otra, la de las urnas, pues con el pretexto de que hemos elegido a los que nos gobiernan, los escogidos se dedican a escamotear nuestro dinero.

Dar a un político un acta de diputado es entregarle un cheque en blanco, del que inmediatamente dedica parte a subirse sus emolumentos, y si queda algo, lo emplea en sus amigos que le votaron, cuando en realidad se debe a todos, incluso a los que no le eligieron.

En Villalba concretamente, su corporación le va a costar a las arcas 48 millones de pesetas más que la pasada legislatura. La jefa de la oposición se sube el sueldo un 42%, un comunista (que no lo es) se ha puesto un sueldo de más de cinco millones, pero, además, el grupo político municipal recibe 500.000 pesetas fijas anuales y se reparten otros dos millones y medio en función del número de concejales de cada grupo.

Para no ser menos, El Escorial se gastará 30 millones de pesetas en sueldos, equiparando el de su alcalde al del Ruiz-Gallardón.

Por todo lo expuesto y más que omito, he llegado a la conclusión de que los políticos se dividen en dos clases, los que pueden y los que se quedan con las ganas, de ahí que el personaje de Juan Guerra, que algunos recordarán, fue un sujeto que caía muy bien a la ciudadanía. ¿Pero esto a quién interesa?- .

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