Tribuna:

¿Sanfermines y en lata?

¿El encierro y por Internet? ¿Sanfermines y en CD-ROM? Las ciencias avanzan que es una barbaridad. Un seminarista navarro (especie otrora prolífica y ahora en riesgo de extinción, pero que pelea con ingenio por su supervivencia) inventó el confesonario electrónico. El invento, pese a lo prometedor del mismo, no ha prosperado, no sé si porque todavía es difícil mantener el secreto de confesión en Internet o porque el Vaticano no ha otorgado carta de naturaleza a la absolución telemática. Todo se andará, pues es tradición inveterada de la Curia romana coger el tren de las ciencias en marcha. Ade...

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¿El encierro y por Internet? ¿Sanfermines y en CD-ROM? Las ciencias avanzan que es una barbaridad. Un seminarista navarro (especie otrora prolífica y ahora en riesgo de extinción, pero que pelea con ingenio por su supervivencia) inventó el confesonario electrónico. El invento, pese a lo prometedor del mismo, no ha prosperado, no sé si porque todavía es difícil mantener el secreto de confesión en Internet o porque el Vaticano no ha otorgado carta de naturaleza a la absolución telemática. Todo se andará, pues es tradición inveterada de la Curia romana coger el tren de las ciencias en marcha. Además, ya anunció el profético Malraux que el siglo XXI sería religioso o no sería. A propósito de André Malraux: cuando Hemingway, en la liberación de París, tomó heroicamente la posición clave del Harry"s Bar, se encontró con que casi se le adelanta Malraux. El Harry"s vivió momentos de alta tensión: un duelo de titanes. Papi Hemingway, que era buen gallo, agarró a Malraux por las solapas del uniforme y le recriminó así su lamentable falta de deferencia militar: "Yo soy un autor de masterpieces [obras maestras], tú no eres más que un autor de masterpisses [pises antológicos]". ¡Qué gran dominio de los matices finos del inglés tenía ese maestro sin par que fue Papi Hemingway! Es ejemplar la competencia con que, en sanfermines (fiestas mundialmente consagradas por una masterpiece de Hemingway), los servicios de limpieza resuelven el problema de tantos masterpisses. Puede que algún rincón no huela precisamente a rosas, pero no exageremos la nota olfativa: el secreto embriagador de los sanfermines reside en la eclosión de todos los sentidos: vista, oído, también olfato, y sobre todo tacto, contacto, efusión. ¿Sanfermines y en lata? No, gracias. - ¿Y qué hay del gusto? - El gusto, para el que se lo trabaja. ¡Camarero! Un dry martini al estilo del Harry"s: muy frío, no helado, en vaso de cristal, no de plexiglás veneciano, agitado, no revuelto. - ¿Nada más para el caballero? - Bueno, alfalfa para mi caballo, claro.

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