Los "altos humos" de ISN

En catorce años de actividad, los empleados de la empresa Promining no habían tenido nunca un especial índice de bajas laborales. Pero eso era antes. Desde que en enero pasado la empresa ISN (Integración de Servicios Navarros SA) se ubicó junto a ella, en el polígono industrial de la localidad de Beriáin, próxima a Pamplona, la cosa ha cambiado. Desde el pasado mes de marzo un total de 17 trabajadores han necesitado atenciones médicas durante semanas a consecuencia de síntomas como sequedad en la boca, irritación de ojos y mucosas, mareos frecuentes, dolores de cabeza y abdominales, náuseas, v...

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En catorce años de actividad, los empleados de la empresa Promining no habían tenido nunca un especial índice de bajas laborales. Pero eso era antes. Desde que en enero pasado la empresa ISN (Integración de Servicios Navarros SA) se ubicó junto a ella, en el polígono industrial de la localidad de Beriáin, próxima a Pamplona, la cosa ha cambiado. Desde el pasado mes de marzo un total de 17 trabajadores han necesitado atenciones médicas durante semanas a consecuencia de síntomas como sequedad en la boca, irritación de ojos y mucosas, mareos frecuentes, dolores de cabeza y abdominales, náuseas, vómitos y fatigas. La sospecha de los empleados, que se ha traducido ya en una investigación que impulsa el juzgado de Aoiz por presunta contaminación procedente de las chimeneas de ISN, es avalada por distintas asociaciones vecinales del pueblo, de 2.431 habitantes, que hace dos semanas se reunieron en asamblea popular para debatir la situación y elaborar un calendario de movilizaciones. El asunto saltó a la luz pública la pasada primavera, pero en plena precampaña electoral resurgió con enorme fuerza tras conocerse el resultado de un informe del Servicio de Protección de la Naturaleza (Serprona) de la Guardia Civil. Este servicio, tras investigar las denuncias judiciales de los afectados, calificó a la empresa de "clandestina" y aseguró que carecía de los preceptivos permisos de apertura y de las licencias exigibles para gestionar numerosos residuos altamente tóxicos habitualmente tratados en los procesos de limpieza de pinturas, actividad a la que se dedica ISN, que tiene una plantilla de quinientos empleados. ISN fue denunciada por cinco talleres próximos en su anterior ubicación, en Berrioplano, también en el cinturón industrial de Pamplona, y abandonó aquel emplazamiento para trasladarse hasta Beriáin. La implicación directa de algunos responsables del departamento de Industria en el rápido proceso de reasentamiento de ISN tiene su importancia, porque el Serprona ha denunciado los escasos controles públicos sobre su actividad por parte de la Administración foral. Además, es una empresa cuyos propietarios están vinculados al círculo de amistades personales del presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz. El propietario y gerente de ISN es el joven empresario baztanés Fermín Elizalde y entre los socios de esta controvertida empresa, que desde su fundación, en 1995, ha cambiado diversas veces de denominación y ubicación, se encuentra Javier Taberna, presidente de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Navarra. De hecho, Miguel Sanz viajó meses atrás a México para inaugurar una planta de ISN en el estado de Puebla. Los empleados de Promining, los más directamente afectados, al igual que algunos colectivos vecinales, recuerdan que la legislación vigente establece un separación mínima de dos kilómetros para las industrias que manipulan productos y residuos tóxicos. El Juzgado de Primera Instancia número 1 de Pamplona ya dictaminó al respecto que la actividad de ISN en Berrioplano era "contaminante en exceso y originador de múltiples molestias e inconvenientes para las empresas cercanas". En Beriáin, ISN ha decidido elevar la altura de sus salidas de humos y se muestra dispuesta a mejorar la tecnología de prevención. No obstante, niega que vulnere la legislación actual y basa sus apreciaciones en los informes oficiales emitidos por el propio Gobierno de Navarra, cuyas conclusiones no permiten establecer una vinculación de causa-efecto entre la contaminación sufrida por los empleados de Promining y la actividad de ISN. No obstante, los análisis detectaron la presencia de formaldehido en bajas concentraciones y recomendaron vigilar esa sustancia, así como controlar periódicamente las emisiones atmosféricas de la planta para despejar totalmente las dudas existentes. Si el Ejecutivo de Sanz afirma que la empresa no trata residuos tóxicos y, por lo tanto, no necesita autorización para ello, un informe elaborado por técnicos del Instituto Navarro de Salud Laboral, un organismo dependiente del departamento de Salud del Gobierno foral, sí vinculó a ISN con los casos de contaminación. El informe, redactado en marzo, es concluyente y habla de la contaminación atmosférica como más que probable causante de los daños físicos de los empleados de Promining.

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