Ajuste de cuentas

Cinco personas, cuatro de ellas colombianas, fallecen tiroteadas o acuchilladas en la calle en tres meses

Los tiroteos causados por ajustes de cuentas, según la recurrente versión policial, no cesan en las calles de Madrid. Cada semana hay alguno. Las consecuencias son, muchas veces, trágicas. Cuatro colombianos asesinados y otros tantos heridos graves a balazos en los últimos tres meses. Hace sólo 15 días cayó un español en la calle de Maldonados (Centro) víctima de otro ajuste de cuentas. En la mayoría de los casos, la policía relaciona los tiros con negocios de drogas; en el último, con una venganza sentimental. Esta oleada de crímenes, según los expertos, no causan alarma social ni sobresalto...

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Los tiroteos causados por ajustes de cuentas, según la recurrente versión policial, no cesan en las calles de Madrid. Cada semana hay alguno. Las consecuencias son, muchas veces, trágicas. Cuatro colombianos asesinados y otros tantos heridos graves a balazos en los últimos tres meses. Hace sólo 15 días cayó un español en la calle de Maldonados (Centro) víctima de otro ajuste de cuentas. En la mayoría de los casos, la policía relaciona los tiros con negocios de drogas; en el último, con una venganza sentimental. Esta oleada de crímenes, según los expertos, no causan alarma social ni sobresaltos entre los mandos policiales, políticos y colectivos ciudadanos. Nadie protesta; nadie se asusta.

La policía mantiene que el robo, el contrabando de joyas y el tráfico de drogas están detras de esta espiral de violencia y sangre que cuenta mayoritariamente entre sus víctimas a ciudadanos de nacionalidad colombiana.

Los investigadores tienen la convicción de que los distintos crímenes no están relacionados. "Son, sobre todo, venganzas entre bandas de revientapisos por el reparto de botines o droga", sostiene un portavoz de la policía. El mismo experto recalca que ninguna banda organizada de origen colombiano se ha implantado en nuestra región.

Desde la Embajada de Colombia en Madrid se trabaja en paralelo con la policía para investigar esta racha de tiroteos en plena calle. "No creemos que haya una mafia colombiana asentada en Madrid", señala el agregado policial de Colombia en Europa.

Gustavo Vélez Fernández, ministro consejero de la Embajada de Colombia, reconoce su "preocupación" por los últimos asesinatos: "Tantas muertes no son normales ni aquí ni en nuestro país", afirma Vélez. "Estamos muy inquietos, pero sabemos que se trata de ajustes de cuentas entre personas, que no se trata de sicarios que actúen en Madrid". "Suele ocurrir", explica, "que la gente que llega a España como correo de droga se suele enterar luego de demasiadas cosas, y eso causa trágicos desenlaces".

La entrada de colombianos en Madrid tampoco se ha incrementado en 1999 respecto de años anteriores, según la embajada. Lo que sí ha aumentado es el número de colombianos detenidos en el primer semestre del año. "Los arrestos han crecido en un 10%", según la policía.

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El Gobierno colombiano ha incrementado los controles de salida hacia España. Aunque no se exige visado, ahora es necesario presentar "una carta de invitación de algún amigo español, y demostrar solvencia económica y moral", según cuenta Vélez. La embajada colombiana reconoce que, debido a la penuria económica, muchos colombianos son contratados para traer droga a España a cambio de mucho dinero. "Lo peor", aclara un portavoz de la Policía Colombiana, es "que los chicos les hacen creer que las cárceles españolas son como hoteles. Piensan que si les detienen van a estar en lugares confortables y que van a regresar pronto".

Los dos primeros colombianos asesinados este año en Madrid fueron degollados el pasado 13 de marzo en un apartamento de la calle de Orense. Las víctimas, Jaime Marcelino O. O., de 42 años, y José Benigno V. B., de 36, tenían el rostro desfigurado por los golpes. Ambos habían sido torturados antes de morir, según se desprende del examen forense efectuado a los cadáveres. Este inusual sadismo, muy centrado en la zona craneal, fue interpretado en fuentes policiales como la consecuencia no sólo de un ajuste de cuentas ejecutado por profesionales, sino también como la emisión de una señal de advertencia. El piso, además, había sido registrado minuciosamente, como desmuestra el que sus cajones y armarios estuviesen abiertos y en desorden. Ambos colombianos habían llegado recientemente a Madrid. José Benigno llevaba dos días en España, y Jaime Marcelino, dos semanas. Su hermana ha declarado que vino a cursar estudios de joyería. Este doble crímen aún no se ha resuelto. En los archivos policiales consta como hipótesis probable un ajuste de cuentas por droga.

El 18 de abril mataban a puñaladas al colombiano Jaido Ernesto Herrera Páramo. Ocurrió a las puertas de un pub de Usera. El pasado 6 de junio se detuvo al presunto autor del homicidio durante una identificación colectiva emprendida en los bares de copas de Madrid.

Los asesinos no se intimidan si tienen que actuar a plena luz del día. El penúltimo crimen con el sello del ajuste de cuentas ocurrió el 1 de junio a las tres de la tarde en la calle de Toledo. Miguel Antonio Chaves murió apuñalado por dos hombres. Tras el crimen, la policía detuvo en la M-30 a dos de los supuestos autores del homicidio. Los arrestados fueron José Manuel R. C. y Estanislao A. B., ambos de nacionalidad portuguesa y sin antecedentes. El Grupo de Homicidios de la Policía Judicial detuvo al tercer implicado en el crimen la semana pasada. El detenido fue un cubano de 33 años que conducía la furgoneta en la que viajaban los primeros detenidos.

Otros cuatro colombianos sufrieron heridas de extrema gravedad al ser tiroteados en las calles de Madrid. Ajustes de cuentas, según la policía.

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