Reurbanizar sin empujar

Es innegable que el centro histórico de Valencia va recuperándose. Lentamente y a pequeñas sacudidas, fruto de la improvisación. No hay partido político que no se comprometa con este objetivo y, manden tirios o troyanos, menudean las promesas de grandes inversiones -40.000 millones en los próximos cinco años, se ha dicho- y el anuncio de obras inminentes cuya anterior programación ya se ha olvidado. Ahora estamos, según parece, en uno de esos periodos en que azuzan las urgencias y tanto los munícipes como los técnicos reclaman acción. Mucha piqueta y más bulldozer. Que no se repriman, pero que...

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Es innegable que el centro histórico de Valencia va recuperándose. Lentamente y a pequeñas sacudidas, fruto de la improvisación. No hay partido político que no se comprometa con este objetivo y, manden tirios o troyanos, menudean las promesas de grandes inversiones -40.000 millones en los próximos cinco años, se ha dicho- y el anuncio de obras inminentes cuya anterior programación ya se ha olvidado. Ahora estamos, según parece, en uno de esos periodos en que azuzan las urgencias y tanto los munícipes como los técnicos reclaman acción. Mucha piqueta y más bulldozer. Que no se repriman, pero que recuerden algo elemental: que todavía hay vecinos a los que no se les ha solucionado el problema del alojamiento, la expropiación o una alternativa en el caso de ocupar un local comercial condenado al derribo. Y cito, por citar uno, el pub L"Aplec, de El Carme, con lustros de historia en la resistencia democrática. No nos importa seguir resistiendo si se nos empuja o se nos atropella.

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