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El Museo Fournier de Naipes de Álava cuenta con la virtud de tener aspectos interesantes tanto en su contenido como en el continente. El Palacio de Bendaña fue rehabilitado con la intención de albergar este museo, con lo que a los propios atractivos del histórico edificio se añade una intervención arquitectónica acertada. Y ya en cuanto a la colección propiamente dicha, el visitante inquieto puede detenerse en algunos de los cerca de 15.000 naipes que exhibe el museo que más abajo se sugieren, aunque siempre encontrará un detalle interesante en cualquiera de los que se exhiben en las dos plan...

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El Museo Fournier de Naipes de Álava cuenta con la virtud de tener aspectos interesantes tanto en su contenido como en el continente. El Palacio de Bendaña fue rehabilitado con la intención de albergar este museo, con lo que a los propios atractivos del histórico edificio se añade una intervención arquitectónica acertada. Y ya en cuanto a la colección propiamente dicha, el visitante inquieto puede detenerse en algunos de los cerca de 15.000 naipes que exhibe el museo que más abajo se sugieren, aunque siempre encontrará un detalle interesante en cualquiera de los que se exhiben en las dos plantas dedicadas exclusivamente a las barajas. En el segundo piso, además de los originales de Emilio Soubrier para la primera baraja que diseñó Heraclio Fournier, hay unos curiosos juegos de cartas conmemorativos, como los que se fabricaron para celebrar la Constitución de 1812, o en honor de Napoleón Bonaparte. Otras barajas tienen una intención didáctica, como la que se editó para difundir el sistema métrico decimal, que se implantó en España en 1875, o de motivación satiríca, tendencia que se observa en naipes de todos los países de Europa. Y es que el museo acoge barajas alemanas, rusas, letonas, búlgaras, italianas..., y también de lugares tan exóticos para el visitante europeo como la India, Persia, China o Japón. En estos lugares no se juega al mus, al póquer o al bridge, sino al magut ganifa o al desavatara ganifa (en la India), al as nas (en Persia), al hana karuta (Japón) o al T"ienkiu (China). Sus cartas son más variadas y coloridas que las europeas y están ilustradas con dibujos de animales y de plantas. En la primera planta abundan las barajas temáticas, dedicadas a ilustrar sobre un asunto al mismo tiempo que se juega, como la baraja de la guerra holandesa o la musical inglesa, ambas del siglo XVIII. Y ya en la entrada del museo, en una esquina un tanto escondida, se exhibe la baraja española más grande del mundo, fabricada el 29 de octubre de 1998.

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