Madre y trabajadora: ¿papeles incompatibles?

En el primer Congreso de las Mujeres de Barcelona, celebrado con extraordinario éxito de participación el pasado mes de enero, las barcelonesas plantearon cómo debería transformarse la ciudad para que fuera como ellas la desean. Las congresistas constataron que las mujeres todavía se hallan en una situación laboral claramente discriminatoria respecto a la de los hombres, con menos posibilidades de encontrar empleo, retribuciones salariales inferiores y condiciones laborales más precarias. Las mujeres que han conseguido hacerse un hueco en el mundo laboral, añadían las congresistas, lo han hec...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En el primer Congreso de las Mujeres de Barcelona, celebrado con extraordinario éxito de participación el pasado mes de enero, las barcelonesas plantearon cómo debería transformarse la ciudad para que fuera como ellas la desean. Las congresistas constataron que las mujeres todavía se hallan en una situación laboral claramente discriminatoria respecto a la de los hombres, con menos posibilidades de encontrar empleo, retribuciones salariales inferiores y condiciones laborales más precarias. Las mujeres que han conseguido hacerse un hueco en el mundo laboral, añadían las congresistas, lo han hecho sin haber dejado total o parcialmente sus responsabilidades domésticas. El incremento de guarderías, entre otros servicios públicos, era uno de los principales elementos que las barcelonesas proponían para poder incorporarse de forma más ventajosa al mundo laboral. Pidieron más plazas de titularidad pública, con horarios más flexibles. La reivindicación de las barcelonesas no carece de fundamento, y lo mismo puede decirse si la petición se plantea para el resto de poblaciones catalanas. Un estudio realizado recientemente por un grupo de expertos de la Universidad de Barcelona (UB) advierte que Cataluña necesitaría 40.000 nuevas plazas de guardería, 10.000 de ellas en la ciudad de Barcelona, para satisfacer de manera deseable la demanda existente. Los expertos reclaman a las administraciones una actuación urgente no sólo para que los niños menores de tres años vean garantizado su derecho a la escolarización, sino también para que las mujeres puedan promocionarse laboralmente sin que les represente un precio tan elevado como el que ahora están pagando, porque las responsabilidades familiares siguen pesando casi exclusivamente sobre las mujeres. Por ello, les resulta muy difícil compatibilizar el cuidado de los hijos -o de personas mayores- con un papel, el de trabajadoras, que en décadas anteriores estaba reservado mayoritariamente al sexo masculino. Si la pareja tiene hijos, es ella, no el hombre, la que debe sacrificar sus expectativas profesionales. Pero lo más grave es que a menudo las mujeres renuncian a tener hijos ante las perspectivas de no poder compaginar su actividad laboral con la maternidad. El resultado de esta situación queda reflejado en las estadísticas: el índice de natalidad en Cataluña es de los más bajos del mundo y la maternidad de las mujeres es cada vez más tardía. Mercè Civit, responsable de la Secretaría de la Mujer del sindicato CC OO, destaca que si las madres deben dejar de trabajar para cuidar de los hijos es precisamente porque ellas suelen tener condiciones laborales más precarias. "Es un círculo vicioso: las mujeres deben renunciar a su empleo porque ganan menos que sus maridos, pero si se las aparta del mundo laboral se les restan las posibilidades de promocionarse profesionalmente y ello no hace más que agravar la discriminación que sufre el colectivo femenino en el mercado laboral", afirma. En opinión de Mercè Civit, el incremento de servicios públicos, entre ellos guarderías, para descargar a las mujeres de las responsabilidades familiares no solucionaría el problema, pero sí constituiría un paso decisivo hacia la eliminación de las desigualdades entre los dos sexos. El informe de la UB destaca que las mujeres no son las únicas víctimas de esta situación. Al mercado laboral también le representa un coste, "ya que se expone a perder trabajadoras eficientes y competentes", pero esto es algo que parece no importar a las administraciones. "Las respuestas que se han dado a la incorporación de la mujer al mercado laboral son insuficientes. Quizá por la poca presión del colectivo feminista, porque las administraciones dan prioridad a otros servicios o porque aún cuesta digerir la doble imagen de la mujer, madre y trabajadora", señala el estudio. La Secretaría de la Mujer de CC OO coincide con los autores del estudio de la UB en que es necesario que las distintas administraciones actúen con urgencia y de forma coordinada para cubrir el grave déficit de guarderías y ampliar especialmente el número de plazas públicas, ya que en la actualidad hay un claro predominio de las de titularidad privada. El interés en crear guarderías varía según las administraciones, como lo ilustra el caso de la ciudad de Barcelona: el ayuntamiento tiene abiertas 39 escoles bressol en la ciudad, mientras que la Generalitat regenta sólo cinco llars infantils. En toda Cataluña, el Gobierno catalán tiene sólo 42 guarderías. El anterior consejero de Enseñanza, Joan Maria Pujals, dijo que las guarderías no serían una prioridad para la Generalitat hasta culminar la implantación de la reforma educativa, en el 2001. Nada cambió para el actual consejero, Xavier Hernández. Pero a finales de febrero, y a las puertas de las elecciones municipales, Hernández anunció por sorpresa, en el debate monográfico de Enseñanza en el Parlament, la creación de 30.000 nuevas plazas de guardería en los próximos seis años, en colaboración con los ayuntamientos y la iniciativa privada. Ninguna de las partes aludidas sabía nada. Ahora sólo saben que se ha abierto un periodo de consultas hasta octubre.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En