Guatemala vota en referéndum reducir el poder de los militares

Las 50 enmiendas constitucionales votadas ayer en referéndum por cuatro millones de guatemaltecos reducen el poder militar que tantas barbaridades cometió durante los 36 de años de contienda civil, abren el camino a una reforma judicial susceptible de acabar con la impunidad y reconocen los derechos de los indígenas, que representan el 60% de los 11 millones de habitantes. Además, los nacionales tendrá derecho a atención médica gratuita.

La primera consulta popular en Guatemala desde que el Gobierno de Álvaro Arzú y la guerrilla firmaran la paz en diciembre de 1996 presentaba una absten...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Las 50 enmiendas constitucionales votadas ayer en referéndum por cuatro millones de guatemaltecos reducen el poder militar que tantas barbaridades cometió durante los 36 de años de contienda civil, abren el camino a una reforma judicial susceptible de acabar con la impunidad y reconocen los derechos de los indígenas, que representan el 60% de los 11 millones de habitantes. Además, los nacionales tendrá derecho a atención médica gratuita.

Más información

La primera consulta popular en Guatemala desde que el Gobierno de Álvaro Arzú y la guerrilla firmaran la paz en diciembre de 1996 presentaba una abstención próxima al 80% poco antes de cerrarse los colegios, según los observadores, informa Los indígenas mayas y xinca, en el este, y los garífuna, negros de la parte atlántica (el 70% analfabetos), apenas han recibido la consideración de personas entre la oligarquía criolla reaccionaria y no demostraron interés por una consulta en la que participaron 600 observadores mayas.Los cambios judiciales propuestos ordenan el acceso a la carrera cuando antes vestían toga quienes "tenían una hermana guapa o amistad con algún legislador", según constató Alberto Figueroa, expresidente de la Corte Suprema (1997-1998). Las enmiendas avalan los 23 idiomas existentes, sus tradiciones, espiritualidad y derecho consuetudinario, y definen las funciones del Ejército en tiempos de paz. La derecha se manifestó por el no advirtiendo contra la desintegración nacional. "Se otorgarán privilegios a los grupos indígenas que dividirán al país", declaró Héctor Menéndez, vicepresidente de la Liga Pro Patria. Igual opinaron la Alianza Evangélica y el Comité Coordinador de Cámaras Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras, que atribuyó a la presión internacional los cambios. La UE apoyó abiertamente las enmiendas.

El desconocimiento sobre el referéndum era tal que algunas emisoras recogían testimonios de personas que confesaban no saber "a qué candidato elegir". No votó Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz 1992, por encontrarse en Europa.

La incomodidad de las tres armas era palpable: las reformas establecen que sus miembros sólo sean juzgados por el fuero militar cuando los delitos imputados sean de ese carácter. Todavía sueltos matarifes de dilatada experiencia, el referéndum vino precedido por el asesinato de Roberto González, dirigente del izquierdista Frente Democrático Nueva Guatemala, acribillado a balazos el pasado jueves cuando hacía campaña por el sí. No fue el primero en pagar su activismo. El 26 de abril de 1998, dos días después de atribuir al Ejército la mayoría de los 15.000 muertos y 50.000 desapariciones registradas durante el conflicto, caía con la cabeza destrozada a golpes Juan Girardi, obispo auxiliar de Guatemala. El pasado mes de febrero, la Comisión de Esclarecimiento Histórico culpó a los militares del 93% de los crímenes.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En