Se confirma
La publicación de las cifras de inflación del mes de abril ha confirmado el descontrol sobre una de las variables fundamentales de la economía. Con una tasa del 2,4% interanual, el objetivo del Gobierno central queda superado con creces, por segundo mes consecutivo, y se demuestra la escasa repercusión de las medidas aprobadas por el Consejo de Ministros durante el pasado mes de abril. Con estas medidas se pretendía contrarrestar el crecimiento generalizado de los precios con actuaciones sobre los precios regulados en vivienda (teléfonos, gas, electricidad...), medicina (medicamentos) o trans...
La publicación de las cifras de inflación del mes de abril ha confirmado el descontrol sobre una de las variables fundamentales de la economía. Con una tasa del 2,4% interanual, el objetivo del Gobierno central queda superado con creces, por segundo mes consecutivo, y se demuestra la escasa repercusión de las medidas aprobadas por el Consejo de Ministros durante el pasado mes de abril. Con estas medidas se pretendía contrarrestar el crecimiento generalizado de los precios con actuaciones sobre los precios regulados en vivienda (teléfonos, gas, electricidad...), medicina (medicamentos) o transportes (peajes y otros). Sin embargo, el empuje en los mercados libres de alimentación, vestido, menaje u otros, es lo suficientemente fuerte como para que las medidas sean de limitada repercusión. De hecho, la cifra de abril confirma que la inflación tiene su principal origen en la expansión producida por la reducción de las retenciones en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) desde comienzos de año. Es una inflación de demanda que se da por el incremento de los salarios netos de impuestos y que se traduce a corto plazo en un mayor consumo de elementos básicos como alimentos, pequeños utensilios y electrodomésticos, ropa y calzado, etcétera. La responsabilidad de la reducción del IRPF queda clara por el hecho de que el descontrol de los precios afecta por igual a casi todas las comunidades autónomas. Aunque, claro está, comunidades como la andaluza, en la que se había producido un mayor control de los precios, presentan una mejor evolución que le permite disfrutar de mejores perspectivas.