China se niega a debatir en la ONU el plan de paz del G-8 hasta que cesen los bombardeos

China ha exigido a la OTAN una disculpa oficial por el bombardeo de su Embajada en Belgrado así como un severo castigo para los responsables de la acción. Pekín además pidió ayer la convocatoria urgente del Consejo de Seguridad, que estaba previsto se reuniera anoche a puerta cerrada, para buscar una salida diplomática a la crisis desencadenada por la destrucción de la legación china. China advirtió que mientras duren los bombardeos no será posible que el Consejo de Seguridad estudie un plan para solucionar el problema.

China no rebajó ayer la tensión producida tras la destrucción de su...

China ha exigido a la OTAN una disculpa oficial por el bombardeo de su Embajada en Belgrado así como un severo castigo para los responsables de la acción. Pekín además pidió ayer la convocatoria urgente del Consejo de Seguridad, que estaba previsto se reuniera anoche a puerta cerrada, para buscar una salida diplomática a la crisis desencadenada por la destrucción de la legación china. China advirtió que mientras duren los bombardeos no será posible que el Consejo de Seguridad estudie un plan para solucionar el problema.

China no rebajó ayer la tensión producida tras la destrucción de su Embajada y exigió la apertura de una investigación con la publicación de los resultados finales. El presidente chino, Jiang Zemín, anunció que no se podrá "discutir en la ONU ninguna solución" a la crisis de los Balcanes hasta que no cesen los ataques aliados sobre Yugoslavia. Mientras, en las calles de las principales ciudades chinas las protestas se repitieron por tercer día consecutivo. En Pekín, la representación de EEUU continuó siendo blanco de las pedradas y botellazos de los manifestantes, mientras el personal diplomático permanecía refugiado en el edificio. En las vallas podían verse pintadas donde se leía: "Fuera los cerdos americanos".La furia antioccidental alcanzó a las embajadas de otros países como Irlanda, que ni siquiera forma parte de la OTAN. Como primera medida, el Gobierno de Pekín decidió suspender el diálogo con Washington sobre control de armamento y seguridad militar, así como en materia de derechos humanos. Sin embargo, no hubo mención a las negociaciones que mantienen ambos países para que China ingrese en la Organización Mundial del Comercio.

Una parte de la opinión pública está convencida de que el bombardeo de la noche del viernes no fue un accidente, sino un ataque premeditado. En la acción tres personas murieron y otras 20 resultaron heridas.

Los medios de comunicación chinos han ignorado las disculpas formuladas tanto por el presidente de EEUU, Bill Clinton, como por los representantes de la OTAN. Ayer, numerosos cines dejaron de exhibir películas estadounidenses y las empresas extranjeras presentes en china reforzaron su seguridad ante el temor a agresiones. Ante el aumento de la tensión, los colegios para extranjeros decidieron suspender las clases. La televisión china mostró en repetidas ocasiones las imágenes de los muertos en el ataque y las de sus familiares, llorando desconsoladamente, durante los funerales.

La tensión provocada por el incidente a afectado incluso a los intercambios culturales. Así, la orquesta sinfónica de Boston, que iba a iniciar una gira por China, se vio obligada a suspender sus actuaciones. Las protestas contra las representaciones diplomáticas de EEUU se reprodujeron en varias de las capitales más importantes de Asia. Las capitales de Japón, Singapur, Pakistán e incluso Taiwan -el territorio rival de la China continental- fueron escenario de protestas.

Rechazo de la ONU

Anoche se reunió el Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York a puerta cerrada para, a petición de China, debatir una resolución de condena a los daños causados a la Embajada china. Según confirmaron fuentes diplomáticas esta madrugada, los 15 miembros del Consejo no aprobaron dicha resolución al no llegar a un acuerdo. Las mismas fuentes indicaron que en los próximos días se producirán contactos bilaterales para tratar de desbloquear el plan de paz acordado por el G-8 y que necesita de la aprobación china.A su vez, Víktor Chernomirdin, representante especial del presidente ruso para los Balcanes, viajó ayer a Pekín para discutir con los máximos dirigentes chinos la situación creada tras el bombardeo de la embajada en Belgrado. Hoy se entrevistará con el jefe del Estado, Jiang Zemin, y con el primer ministro, Zhu Rongji. Su objetivo más probable es convencerles de que, pese a todo, hay que seguir buscando una salida política al conflicto de Kosovo, dando un mayor protagonismo al Consejo de Seguridad de la ONU, del que son miembros permanentes el país más grande del mundo (Rusia) y el más poblado (China).Aunque, según la agencia Reuters, Chernomirdin aseguró al llegar a Pekín que su viaje no era una respuesta apresurada al último error de la OTAN, hasta la mañana de ayer no había ningún indicio de que la visita estuviese programada para efectuarse de forma inmediata. De hecho, el ex primer ministro fue precedido de Serguéi Prijodko, vicejefe de la Administración presidencial, que expresó a los líderes chinos la condolencia de Borís Yeltsin por el ataque.

El ministro francés de Exteriores, Hubert Védrine, preparará hoy el camino para su presidente, Jacques Chirac, que llegará mañana a Pekín. El domingo por la noche, será el presidente del Gobierno español, José María Aznar, quien iniciará una visita oficial de tres días a China, programada desde hace meses, con fuerte contenido bilateral pero que, ahora, con seguridad, se dedicará en buena medida a discutir la situación en Yugoslavia.