"Ipuin Euskaldunak" reúne 18 relatos irónicos sobre la realidad vasca

Principios de los años setenta, un niño encuentra un alijo de armas en el patio de la ikastola. Es uno de los ocho relatos escritos por Iban Zaldua, que, junto con otros 10 cuentos de Gerardo Markuleta, han sido recopilados en un libro que juega con los límites de la provocación titulado Ipuin Euskaldunak y que fue presentado ayer en San Sebastián. Ambos autores reúnen en esta edición de Erein, publicada íntegramente en euskera, una serie de ficciones que les ha inspirado la realidad vasca, plasmada a través de la ironía, el humor y "mucha mala leche", como apuntó Markuleta. No son cuentos va...

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Principios de los años setenta, un niño encuentra un alijo de armas en el patio de la ikastola. Es uno de los ocho relatos escritos por Iban Zaldua, que, junto con otros 10 cuentos de Gerardo Markuleta, han sido recopilados en un libro que juega con los límites de la provocación titulado Ipuin Euskaldunak y que fue presentado ayer en San Sebastián. Ambos autores reúnen en esta edición de Erein, publicada íntegramente en euskera, una serie de ficciones que les ha inspirado la realidad vasca, plasmada a través de la ironía, el humor y "mucha mala leche", como apuntó Markuleta. No son cuentos vascos, comentó el escritor de Oñati asentado en Vitoria, sino relatos que ocurren en euskera y pretenden ser espejo certero, "pero infiel", del genio y el alma de los vascos. A lo largo de las 136 páginas de Ipuin Euskaldunak desfilan vascos de todos los colores. Los autores no dejan títere con cabeza. En estos cuentos, que no se han atenido a corrección política alguna, se mezclan distintos discursos, géneros variados, crueles sorpresas, palabras vedadas y, sobre todo, mucha ironía. Y tragedia y dolor. Como en ese relato en el que alguien en un euskaltegi descubre que ese chico tan tímido que apenas habla es un ertzaina. El ambiente de clase se enrarece. Las historias son muy variadas y narran desde la desconfianza que se profesan donostiarras y bilbaínos -"Juan José, inesperadamente, descubre las razones históricas de ese odio pero le es imposible revelarlas"- hasta situaciones diversas que recuerdan otros años - "El protagonista llega tarde a la cita. Los coches que se cruzan con el suyo le hacen señales con las luces insistentemente. Más adelante hay un control de la Guardia Civil"-. Son algunas de las historias que se recogen en estas páginas en las que la desesperación y el descaro campan a sus anchas. "Lo mismo que en nuestra sociedad", según sus autores. La editorial Erein presentó también la última obra del escritor guipuzcoano José Antonio Azpiazu, Historia de un rapto. Esta novela, basada en datos históricos recogidos de archivos, relata una "increíble" historia de amor entre Isabel de Lobiano y Pedro de Idiaquez, que consigue convulsionar a la sociedad vasca del siglo XVI hasta tal punto que ni siquiera la amenaza invasora de las tropas francesas pudo hacerle frente. En opinión de este investigador de la vida social y económica vasca de la Edad Moderna, autor de numerosos libros y doctor en antropología por la UPV, "pocas veces me he encontrado con casos tan atractivos en que la historia y la novela se confunden sin pretenderlo". Isabel y Pedro eran hijos de dos de las principales familias guipuzcoanas de la época pero su amor interfirió en los planes matrimoniales que para la muchacha habían trazado. En la novela se plasma la pervivencia de valores típicamente medievales, como el poder fáctico de las grandes familias y el poder del clero.

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