Padres de alumnos gallegos protestan por un libro de Manuel Rivas al que tildan de pornográfico

Nunca pudo imaginar el escritor gallego Manuel Rivas que su libro Os comedores de patacas, que algunos críticos tacharon en su día de excesivamente moralista, le iba a acarrear tantos problemas. Desde hace tiempo ya sabía que la novela, que muchos profesores de gallego imponen a sus alumnos como lectura obligatoria, había suscitado protestas de algunos padres de alumnos por una escena que consideraban "pornográfica". Pero ahora el asunto ha tomado peor cariz, ya que el padre de una estudiante del Instituto de Bachillerato Leliadoura, de Ribeira (A Coruña), ha pedido a la inspección educ...

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Nunca pudo imaginar el escritor gallego Manuel Rivas que su libro Os comedores de patacas, que algunos críticos tacharon en su día de excesivamente moralista, le iba a acarrear tantos problemas. Desde hace tiempo ya sabía que la novela, que muchos profesores de gallego imponen a sus alumnos como lectura obligatoria, había suscitado protestas de algunos padres de alumnos por una escena que consideraban "pornográfica". Pero ahora el asunto ha tomado peor cariz, ya que el padre de una estudiante del Instituto de Bachillerato Leliadoura, de Ribeira (A Coruña), ha pedido a la inspección educativa que retire el libro de los colegios. "Me han llegado a llamar algunos profesores que se confesaban aterrorizados por las presiones que estaban recibiendo", explica Rivas. Os comedores de patacas, que toma su título de un cuadro del pintor holandés del siglo XVII Vermeer, por el que el escritor gallego siente especial predilección, fue la primera novela de Rivas, publicada en 1991. Y lo que más perplejo deja a su autor es que siempre ha creído que, si ha escrito un libro que puede ser adecuado para un público adolescente, es éste.

Os comedores de patacas narra la historia de Samuel, Sam, un chico que lucha por desengancharse de la heroína. "Defiende valores como la comunicación con la naturaleza y el regreso a la familia, puede decirse que se trata de un libro conservador, en el mejor sentido de la palabra", comenta Rivas. De hecho, cuando salió, algunos críticos le achacaron que había llegado demasiado lejos en el moralismo y el sentimentalismo de la historia.

Pero los padres han preferido quedarse con un simple párrafo en el que Sam lee una revista pornográfica donde se describe un encuentro sexual, y en el texto salen palabras como "coño", "polla" y "cojones". José Manuel Pena, un vecino de Ribeira, descubrió esa leve incursión en la escabrosidad del libro cuando lo estaba leyendo su hija de 13 años y lo comunicó al inspector de educación de la comarca, quien, según el denunciante, le prometió estudiar el caso. No es la primera vez que ocurría algo así, aunque hasta ahora los padres no habían pasado de las protestas a los profesores y el autor prefirió no comentar el asunto en público.

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