La larga y tortuosa historia del ferrocarril del Guadarrama

La idea de unir Madrid con el norte de España con un tren de velocidad alta arranca de mediados de los años ochenta. Desde que los primeros bosquejos del proyecto fueron hechos públicos, los problemas ambientales se hicieron patentes. En 1993, Renfe terminó un primer esbozo que incluía ya un túnel de ocho kilómetros bajo la sierra del Guadarrama. Un año después, la Agencia de Medio Ambiente de la Comunidad rechazó la idea, porque atravesaba "zonas de alto interés natural, que constituyen el soporte de la fauna en peligro de extinción".Pero no fue hasta 1997 cuando arreciaron las protestas de l...

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La idea de unir Madrid con el norte de España con un tren de velocidad alta arranca de mediados de los años ochenta. Desde que los primeros bosquejos del proyecto fueron hechos públicos, los problemas ambientales se hicieron patentes. En 1993, Renfe terminó un primer esbozo que incluía ya un túnel de ocho kilómetros bajo la sierra del Guadarrama. Un año después, la Agencia de Medio Ambiente de la Comunidad rechazó la idea, porque atravesaba "zonas de alto interés natural, que constituyen el soporte de la fauna en peligro de extinción".Pero no fue hasta 1997 cuando arreciaron las protestas de los ecologistas y de los pueblos de la sierra que iban resultar afectados por las obras. El Gobierno regional anunció entonces que sólo un gran túnel de 24 kilómetros evitaría los daños medioambientales. Pero al Ministerio de Fomento la propuesta no le convenció y decidió impulsar una variante que atravesaba en canal el valle del Lozoya. Los alcaldes afectados se opusieron con fuerza, e incluso lograron que el defensor del Pueblo, Álvaro Gil-Robles, participase en el rechazo al trazado por los daños ambientales.

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El PP se dividió en dos bandos: el de la vertiente segoviana y la madrileña. Mientras que el PP de Madrid insistía una y otra vez en el proyecto del túnel, sus compañeros segovianos apoyaban sin reservas el trazado por el valle del Lozoya. El presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz-Gallardón, y su homólogo castellanoleonés, Juan José Lucas, también del PP, tuvieron que reunirse en febrero de 1998 para limar asperezas.

En marzo pasado, Fomento descartó finalmente cubrir el valle de Lozoya de vías férreas y en mayo anunció que convocaría un concurso entre constructoras para decidir si se hacía el gran túnel. Ahora, los técnicos ministeriales han allanado el camino que deberán seguir las máquinas.

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