Detenidas cuatro personas por estafar con anuncios de "sexo gratis"

El Grupo de Fraudes de la Comisaría Provincial de Málaga ha desarticulado una banda que ha estafado a miles de personas con el timo del sexo gratis. La organización publicaba anuncios en periódicos ofreciendo contactos con personas que supuestamente se prestaban a mantener relaciones sin cobrar. Previo pago de 18.900 pesetas, enviaban un catálogo a los clientes, pero el teléfono en el que se concertaban las citas siempre comunicaba. Las mujeres de la lista no existen.

Los cuatro componentes de la banda fueron detenidos el pasado lunes en Fuengirola. Se trata de Paula Amelia N. M., Ameli...

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El Grupo de Fraudes de la Comisaría Provincial de Málaga ha desarticulado una banda que ha estafado a miles de personas con el timo del sexo gratis. La organización publicaba anuncios en periódicos ofreciendo contactos con personas que supuestamente se prestaban a mantener relaciones sin cobrar. Previo pago de 18.900 pesetas, enviaban un catálogo a los clientes, pero el teléfono en el que se concertaban las citas siempre comunicaba. Las mujeres de la lista no existen.

Los cuatro componentes de la banda fueron detenidos el pasado lunes en Fuengirola. Se trata de Paula Amelia N. M., Amelia N. M., Laura N. M. y José M. C. Pero la investigación ha llevado meses porque, según explicó ayer el jefe de Fraudes de la Comisaría malagueña, Juan Titos, "la situación delicada de las víctimas les disuadía de denunciar, y además la banda ha cambiado no sólo los teléfonos de contacto, sino incluso el nombre de la empresa". La estafa comenzó hace más de dos años, y ha afectado a personas de todo el territorio español. Los anuncios de sexo gratis se publicaban en varios periódicos nacionales y locales, incluido éste. A las personas que llamaban se les enviaba un catálogo con un listado falso de personas que se ofrecían para mantener contactos sexuales desinteresados, previo pago de 18.900 pesetas. Supuestamente para mantener la confidencialidad, se hacía a los clientes recoger dicho catálogo en empresas de mensajería que iban cambiando para no dejar pistas. Junto a la lista se aportaba un número de teléfono al que había que llamar para confirmar las citas, pero éste comunicaba siempre porque se dejaba descolgado a propósito. Si los clientes volvían a llamar al primer número para quejarse, se les decía que había mucha demanda. Quienes trataban de hacer indagaciones sobre la empresa se encontraban con que ésta no estaba inscrita en ningún sitio. Era tan falsa como el listado de contactos.

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