Un particular derriba sin permiso en San Juan un palacete del siglo XVI

Un palacete levantado en el siglo XVI en el término municipal de San Juan (L"Alacantí), para el que el Ayuntamiento tramitaba su inclusión en el catálogo de edificios protegibles sometidos a medidas especiales de recuperación y uso público, fue pasto de la piqueta el jueves por la tarde por orden del propietario de la finca, que no disponía de los preceptivos permisos para ello. La agresión levantó ayer las iras de las autoridades, que anunciaron la inminente presentación de una querella contra el responsable, Miguel Montoro Tarazona, al que se acusa de atentado contra el patrimonio público, y...

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Un palacete levantado en el siglo XVI en el término municipal de San Juan (L"Alacantí), para el que el Ayuntamiento tramitaba su inclusión en el catálogo de edificios protegibles sometidos a medidas especiales de recuperación y uso público, fue pasto de la piqueta el jueves por la tarde por orden del propietario de la finca, que no disponía de los preceptivos permisos para ello. La agresión levantó ayer las iras de las autoridades, que anunciaron la inminente presentación de una querella contra el responsable, Miguel Montoro Tarazona, al que se acusa de atentado contra el patrimonio público, y otras acciones encaminadas a "hacerle pagar caro el desaguisado". Tras más de 400 años de existencia en el campo de San Juan, de su singularidad arquitectónica y belleza interior y exterior dan cuenta varias crónicas históricas y publicaciones, que califican de "magnífica" la edificación, reducida ahora a un montón de escombros. El palacete, de planta cuadrada y dos pisos de altura, incluido en una finca conocida con el nombre de La Dominica, ya es historia. Advertido sobre el trabajo de la brigada de obreros contratada por Montoro, el Ayuntamiento envió a la policía para detener la demolición, pero los agentes llegaron demasiado tarde. Los elementos arquitectónicos más sobresalientes, arcos de sillería, pórticos y enrejados, ya estaban destrozados. Para el concejal de Urbanismo, Manuel Giménez, la demolición fue selectiva: "Empezaron por lo mejor, de forma que lo que queda en pie es lo de menor interés", señaló indignado. El palacete era propiedad del Ayuntamiento desde 1988, cuando el entonces propietario de la finca La Dominica firmó un convenio merced al cual cedía al pueblo el edificio y 2.000 metros cuadrados anexos (los jardines), a cambio de que las autoridades recalificaran como suelo urbanizable el resto de su propiedad, que se extendía a lo largo de 71.000 metros. En 1990, Montoro adquirió la propiedad. Inexplicablemente, el Consistorio todavía no había formalizado la escritura pública del palacete, pese a haber transcurrido dos años. La Dominica figuraba entre las 13 edificaciones "más importantes" del municipio de San Juan, "y era la más emblemática de todas", señaló Giménez.

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