Tribuna:

Tablada

A vista de pájaro, nunca mejor empleado el término, Tablada constituye el último respiro verde de la ciudad. Cuatrocientas hectáreas rústicas, hasta el pasado miércoles, sobre las que la ciudad podría haberse extendido de forma razonable, equilibrada y social. Una vastísima extensión de terreno que habría suavizado la marbellización del Aljarafe, devastado por el descerebramiento de un urbanismo de ocasión y pelotazo, que se ha llevado por delante la calidad de un territorio y la vida de hectáreas de olivares. Hay más Gil y Gil en el Aljarafe que en Marbella y si consideran una exageración lo ...

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A vista de pájaro, nunca mejor empleado el término, Tablada constituye el último respiro verde de la ciudad. Cuatrocientas hectáreas rústicas, hasta el pasado miércoles, sobre las que la ciudad podría haberse extendido de forma razonable, equilibrada y social. Una vastísima extensión de terreno que habría suavizado la marbellización del Aljarafe, devastado por el descerebramiento de un urbanismo de ocasión y pelotazo, que se ha llevado por delante la calidad de un territorio y la vida de hectáreas de olivares. Hay más Gil y Gil en el Aljarafe que en Marbella y si consideran una exageración lo que les cuento vean, sin ir más lejos, cómo está Tomares o cómo están dejando Castilleja de Guzmán. Ahora, tras la firma del convenio entre el Ayuntamiento y las cajas de pandora, los pájaros han visto brillar el suelo de Tablada como le brillan las alas a las hormigas después de la lluvia. Y se han tirado en picado para comérselo. En consecuencia hay que irse despidiendo de entender Tablada como la resolución urbanística civilizada que la ciudad querría disfrutar. A ver: ¿qué pueden montarnos en Tablada los altos directivos de la cosa especulativa, a los que el Banco de España, digan lo que digan, les dio el tiento de manera no oficial? Imaginémoslo como si la inspiración nos viniera insuflada por un técnico como Carlos López Canto: un campo de golf por aquí, chalés de renta alta, zonas verdes, anchas avenidas, alguna que otra torre, una posible parcela para el futuro de la Feria... La Moraleja sevillana. El sueño de las señoras con poder que alguna vez vivieron en Madrid. Tiene la ciudad suelo para treinta mil viviendas, el 40% de su caserío histórico despoblado pero, el dinero, único motor que mueve al mundo, está en Tablada. Como antes lo estuvo en el Cortijo del Cuarto y el especulador ideológico Monteseirín lo sacó adelante con el mismo desahogo que ahora critica la operación de Tablada. Desde que se fotografió con Ronaldo tiene un voleón en la cabeza... Dispongámonos, pues, a contemplar cómo un suelo que lo fue de todos los sevillanos y que el franquismo nos hurtó para uso militar, va a servir para que lo utilicen los que más tienen con el fin de que los que hagan negocios inmobiliarios lucrativos sigan poniéndose las botas. Así es la vida.J. FÉLIX MACHUCA

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