Sólo dos de cada diez estudiantes gitanos de Educación Secundaria son niñas

Carmen tiene 12 años y estudia sexto de Primaria. "Quiero hacer una carrera", comenta. Eso es algo habitual en cualquier chica de su edad, pero no tanto entre los niñas de etnia gitana, como ella. De hecho, según los datos que maneja la asociación de mujeres gitanas Sinando Kalí, la dificultad no está solo en llegar a la Universidad, sino en que completen sus estudios obligatorios. De cada diez estudiantes de este colectivo que cursan Educación Secundaria Obligatoria (ESO), sólo dos son mujeres. Ese dato es relativo a la provincia de Jaén, pero extrapolable, en cifras similares, al conjunto d...

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Carmen tiene 12 años y estudia sexto de Primaria. "Quiero hacer una carrera", comenta. Eso es algo habitual en cualquier chica de su edad, pero no tanto entre los niñas de etnia gitana, como ella. De hecho, según los datos que maneja la asociación de mujeres gitanas Sinando Kalí, la dificultad no está solo en llegar a la Universidad, sino en que completen sus estudios obligatorios. De cada diez estudiantes de este colectivo que cursan Educación Secundaria Obligatoria (ESO), sólo dos son mujeres. Ese dato es relativo a la provincia de Jaén, pero extrapolable, en cifras similares, al conjunto de la comunidad autónoma, según María del Carmen Carrillo, presidenta de Sinando Kalí. "El absentismo y el fracaso escolar es más elevado entre las niñas que entre los niños gitanos", explica la presidenta del colectivo que, entre ayer y hoy, celebra, en el centro Carmen de Burgos de Baeza (Jaén), el I Encuentro de Mujeres Gitanas de Jaén. En estas dos sesiones de trabajo, el grupo, formado por 46 mujeres y tres hombres, está abordando problemas que afectan al conjunto del colectivo y buscando soluciones desde la perspectiva de las mujeres, como principales transmisoras de la cultura gitana y ejes de la familia. Carrillo comentó que entre las cuestiones que se están poniendo de manifiesto en este encuentro destaca el convencimiento de las mujeres de más edad porque "las más jóvenes estudien y saquen una carrera, porque están de acuerdo en que con eso no pierden sus señas de identidad". De hecho, los esfuerzos de la asociación por convencer a las mujeres de esta etnia sobre el valor de la Educación provocó, en 1996, la creación de un programa en el que se busca incrementar la presencia gitana en las universidades, proporcionando información y ayudando con becas a las mujeres que decidieran emprender estudios superiores. En el primer curso 58 mujeres gitanas, en toda España, cursaban carreras universitarias. El año pasado se decidió ampliar la oferta a los varones, entre unos y otros son 500 los jóvenes de este colectivo que están matriculados en universidades andaluzas. Pero para que los efectos sean reales, es necesario, según Carrillo, seguir convenciendo a las propias mujeres, para que, desde la familia, apuesten por la formación como un punto para encontrar soluciones a otros elementos que el colectivo considera esenciales, como son la vivienda, la búsqueda de empleo y la salud.

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