El descontrol de las cuentas de Brunete impide a un juez culpar al recaudador

Vicente Joaquín A. L., recaudador de impuestos del Ayuntamiento de Brunete, ha sido absuelto por la Audiencia Provincial de la acusación formulada por el fiscal sobre un presunto delito de malversación de caudales públicos, apropiándose de 14 millones de pesetas, entre 1990 y 1992, fechas en las que gobernaba el Partido Popular. El tribunal no pudo comprobar que el acusado había robado por causa del descontrol en las cuentas municipales, a las que describe como "marco idóneo para que cualquiera distrajera cantidades de dinero". La sentencia afirma que "acreditado el descontrol que existía en l...

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Vicente Joaquín A. L., recaudador de impuestos del Ayuntamiento de Brunete, ha sido absuelto por la Audiencia Provincial de la acusación formulada por el fiscal sobre un presunto delito de malversación de caudales públicos, apropiándose de 14 millones de pesetas, entre 1990 y 1992, fechas en las que gobernaba el Partido Popular. El tribunal no pudo comprobar que el acusado había robado por causa del descontrol en las cuentas municipales, a las que describe como "marco idóneo para que cualquiera distrajera cantidades de dinero". La sentencia afirma que "acreditado el descontrol que existía en las cuentas del Ayuntamiento, el Tribunal no puede alcanzar la convicción de que el acusado sustrajera no ya la cantidad que se le imputa en este procedimiento, sino cualquier otra, dada la situación constatada entonces en el Ayuntamiento".

"Cierto es", continúa la sentencia, "que se puede argüir que la despreocupación administrativa que se describe, en que nadie controlaba el estado de la tesorería, era el marco idóneo para que cualquiera, y por lo tanto el acusado, distrajera cantidades de dinero con la confianza, bastante fundada, de que nadie se daría cuenta". Sin embargo, el juez añade que "ello no implica que ocurriera así ni constituye prueba de la comisión del delito de malversación imputado, pues esa misma conducta se podría atribuir a otras personas".

Según el tribunal, durante el juicio, ninguno de los responsables municipales por aquel entonces pudo presentar una prueba clara y contundente contra el recaudador.

La sentencia además describe "irregularidades en la gestión de los fondos públicos del Ayuntamiento, derivadas de la absoluta falta de control de los mismos por parte de los máximos responsables municipales".

Cuenta corriente

Además, nadie en el Ayuntamiento se responsabilizaba, controlaba o conocía la cuantía de lo que se ingresaba en las arcas públicas a través de la recaudación. "El tesorero no verificaba ninguno de los ingresos o cuentas existentes, no hizo ninguna gestión tras el robo de los recibos y ni siquiera se personó en las dependencias correspondientes", indica la sentencia. Además, no pidió al recaudador cuentas sobre los recibos sustraídos e ignoraba la cantidad y cuantía de los recibos que entregó el acusado cuando fue cesado.

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El procesado, que había sido recaudador también en los ayuntamientos de Madrid y Leganés, trabajó en Brunete desde julio de 1990 hasta el mismo mes del año 1992. El fiscal aseguró que durante este tiempo recaudó 14 millones de pesetas, que acumuló en una cuenta bancaria propia y que no transfirió al Ayuntamiento. Por su parte, el acusado negó estas imputaciones. "Siempre ingresé los recibos para el Ayuntamiento desde mi propia cuenta, que abrí sólo por cuestiones operativas", afirmó.

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