Pujol no faltó a su cita anual

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, ha sido el único de los grandes dirigentes de partidos politicos españoles presente estos días en Davos (Suiza). Sólo se ha cruzado con el comisario europeo Manuel Marín y con el alcalde de Barcelona, Joan Clos. A Pujol, un hombre con buen dominio de varios idiomas y que es un veterano del Foro, se le ha visto moverse con comodidad, paseando por las salas del centro de Congresos, acudiendo a debates y reuniones y conversando con todo político o empresario que se le ponía a tiro. La ausencia de una fuerte presencia española es algo que ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, ha sido el único de los grandes dirigentes de partidos politicos españoles presente estos días en Davos (Suiza). Sólo se ha cruzado con el comisario europeo Manuel Marín y con el alcalde de Barcelona, Joan Clos. A Pujol, un hombre con buen dominio de varios idiomas y que es un veterano del Foro, se le ha visto moverse con comodidad, paseando por las salas del centro de Congresos, acudiendo a debates y reuniones y conversando con todo político o empresario que se le ponía a tiro. La ausencia de una fuerte presencia española es algo que tiende a ocurrir año tras año. Es cierto que el Foro Económico Mundial no tiene carácter oficial y que se trata de un territorio dominado por centroeuropeos y estadounidenses, con importante presencia asiática. Pero la presencia de representantes latinoamericanos ha sido especialmente notable este año. Con la región afectada por el contagio de la crisis financiera, los dirigentes latinoamericanos, especialmente ministros de Economía y de Exteriores, han acudido con la misión de transmitir confianza en sus economías. Al único interlocutor español que han encontrado ha sido a Pujol, que incluso ha participado en un debate sobre el Mercosur.

Más información

Las pocas referencias a España han sido casi siempre elogiosas, poniendo de manifiesto el positivo comportamiento de su economía y su estabilidad.

Pero, en cambio, el peso en los debates de los países europeos llamados periféricos, como España y Portugal, es irrelevante. Y no sólo por la ausencia de representantes políticos. La sensación que flota en el ambiente es que el eje franco-alemán apenas deja espacio para que más países participen en la construcción del consenso europeo.

Archivado En