Riesgos de almacenaje y distribución

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El euro no sólo corre el peligro de ser falsificado. Los billetes de euros corren también el riesgo de ser robados antes o durante su puesta en circulación.En mayo pasado, Francia fue el primer país de la zona euro en empezar a acuñar la nueva moneda, y, a finales de diciembre, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) de España comenzó a hacer otro tanto. Dentro de cuatro meses, se procederá a la impresión de billetes.

De aquí a diciembre del 2001, los 11 países del área del euro habrán fabricado 70.000 millones de monedas (de 2 y 1 euro y de 50, 20, 10, 5, 2 y 1 céntimos) y 25.000 millones de billetes de 500, 200, 100, 50, 20 10 y 5 euros. En total, las piezas pesarán 220.000 toneladas, equivalentes a 30 veces la Torre Eiffel o a unos 10.000 camiones de gran tonelaje.

Si se respetan los plazos previstos -la Comisión Europea estudia la posibilidad de adelantarlos en tres meses-, a finales del 2001 los euros almacenados serán repartidos por los bancos, y es probable que, en vísperas de esa Nochevieja, los comerciantes reciban la nueva divisa.

El objetivo es que, a partir del 1 de enero del 2002, devuelvan sistemáticamente la moneda en euros. Durante dos o tres meses -el plazo exacto está aún por decidir- circularán simultáneamente los euros y las antiguas monedas nacionales, que serán retiradas paulatinamente de la circulación.

Almacenar las montañas de euros en lugares seguros y distribuirlos después sin problemas plantea dificultades. La Federación de Bancos Europeos ya ha advertido de que las instituciones financieras no disponen de suficientes cajas fuertes para almacenarlos ni custodiarlos.

Cada país de la zona euro busca una solución específica al problema, que se plantea con más agudeza en los cuatro grandes fabricantes de euros (Alemania, Francia, España e Italia). En España será Tabacalera la encargada de almacenar y distribuir buena parte de los euros. En Irlanda, el banco central está ampliando sus capacidades de almacenamiento, pero no descarta colocarlos temporalmente en una base militar. Aunque lo han estudiado, ningún Estado recurrirá al Ejército para el reparto.

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