Cartas al director

Al Defensor del Menor

Estimado don Javier Urra:Mi nombre es Cristina García Moreno, le escribo para contarle mi experiencia en relación a la propuesta que su oficina ha presentado recientemente, prohibir la entrada de los menores de 14 años a las corridas de toros. Hace 17 años me trasladé de Madrid capital a Majadahonda.

Tenía entonces 24 años, me había casado y a los dos años nació mi hija Cecilia.

Enfrente de nuestra casa había un descampado donde, justo bajo nuestro balcón, durante los 10 primeros años de mi hija nos pusieron la plaza de toros en las fiestas de la localidad, los encierros bajaban ...

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Estimado don Javier Urra:Mi nombre es Cristina García Moreno, le escribo para contarle mi experiencia en relación a la propuesta que su oficina ha presentado recientemente, prohibir la entrada de los menores de 14 años a las corridas de toros. Hace 17 años me trasladé de Madrid capital a Majadahonda.

Tenía entonces 24 años, me había casado y a los dos años nació mi hija Cecilia.

Enfrente de nuestra casa había un descampado donde, justo bajo nuestro balcón, durante los 10 primeros años de mi hija nos pusieron la plaza de toros en las fiestas de la localidad, los encierros bajaban por la calle de nuestro garaje.

Ni que decir tiene la cantidad de atrocidades que se pudieron cometer en plena calle durante aquellos primeros años de la vida de mi hija frente a su casa.

Sólo en los encierros, los animales eran acuchillados por los miembros de la peña local en plena calle.

Durante las corridas, el mugido doloroso del toro llegaba a nuestro piso como si estuviera en el interior de casa.

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Los toros y vaquillas, éstas del tamaño de un perro, se descuartizaban aún vivas frente al portal de casa en plena calle. La cuestión es que mi hija sufrió mucho, tuvo pesadillas en relación a este tema y yo sentía enorme tristeza e impotencia por la situación que cada año nos amargaba la vida.

Sólo conseguí la publicación de la carta que le adjunto en la revista local del Ayuntamiento.

Soy profesora de piano, siempre he considerado importante educar en la sensibilidad y el respeto que todos los seres vivos merecen.

Pero lo que nos hicieron padecer aquellos años no tiene precio, no se debe hacer tanto daño a los menores; su propuesta debe ser tenida en cuenta, pues he visto sufrir a mi hija con enorme impotencia. Espero que esta carta le ayude a conseguirlo.- (41 años) y Cecilia Durán García (15 años).- Madrid.

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