El representante del "jeque" de Rascafría sufre un desahucio

El juez condena al empresario Irshad Qureshi, que prometió a un alcalde serrano inversiones multimillonarias, a desalojar su restaurante por impago

La Policía Municipal de Madrid se presentó el pasado lunes por la mañana en la puerta del restaurante de comida norteamericana Hooters (pechos, en castellano), en el número 16 de la calle del Príncipe, en pleno centro de la ciudad. Los agentes forzaron la entrada para desalojar el local. La operación fue supervisada por agentes judiciales.La policía encontró un panorama desolador: el interior del restaurante estaba destrozado, las baldosas que cubrían el techo habían sido arrancadas, los cables colgaban cortados, la barra del local se la habían llevado... En el parte policial se señala que los...

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La Policía Municipal de Madrid se presentó el pasado lunes por la mañana en la puerta del restaurante de comida norteamericana Hooters (pechos, en castellano), en el número 16 de la calle del Príncipe, en pleno centro de la ciudad. Los agentes forzaron la entrada para desalojar el local. La operación fue supervisada por agentes judiciales.La policía encontró un panorama desolador: el interior del restaurante estaba destrozado, las baldosas que cubrían el techo habían sido arrancadas, los cables colgaban cortados, la barra del local se la habían llevado... En el parte policial se señala que los agentes "no tuvieron que transportar ningún objeto al vertedero, algo poco habitual en estos casos", según explicó ayer un portavoz. El local estaba limpio. En la fachada del restaurante sólo quedaban tres carteles con el nombre y el símbolo del restaurante, un búho, cuyos ojos simulan las dos oes de la palabra Hooters.

Una sentencia judicial ordenó el desahucio del restaurante contra la empresa Hooters SA, de la que es administrador Ishrad Qureshi. El motivo, la falta de pago de la renta mensual y gastos del negocio en favor de la propietaria, M. A. R. Los tres locales que ocupaba el restaurante Hooters, son patrimonio de M.A.R., una viuda que vive de las rentas, según explicó ella misma. La mujer denunció a la empresa Hooters porque no le abonó las 580.000 pesetas mensuales de alquiler durante 16 meses.

El administrador de Hooters, Ishrad Qureshi, se hizo famoso en noviembre cuando se convirtió en representante de un jeque árabe que prometía inversiones multimillonarias en la localidad serrana de Rascafría. Qureshi le prometió al alcalde de Rascafría, el independiente Juan Antonio Velasco, la construcción de un enorme complejo deportivo y de ocio en plena sierra. La inversión necesaria para acometer ese proyecto era de unos 3.000 millones de pesetas.

Tras convencer al alcalde de Rascafría, Qureshi presentó su plan ante el consejero de Medio Ambiente, Carlos Mayor Oreja. De ahí no pasó. Le mostró un anteproyecto de inversión de sólo tres folios, a pesar de que el plan incluía la construcción de un campo de golf de 18 hoyos, un club hípico, canchas de tenis y pádel y un club social. Ayer, un portavoz de Medio Ambiente declaraba escéptico: "No se ha vuelto a saber nada del proyecto".

Este periódico trató, sin éxito, de recabar la versión de Qureshi sobre lo ocurrido con el local Hooters y con el proyecto de Rascafría. La sentencia del Juzgado número 35 de Madrid ha destapado las deudas del supuesto representante del jeque millonario. La juez Asunción Merino condenó, el pasado 7 de julio, a Hooter, SA, "a abonar la cantidad de 1,8 millones de pesetas y el importe de las rentas devengadas con posterioridad a la presentación de la demanda y hasta la fecha del efectivo desalojo".

La demanda de M.A.R. contra Hooters, SA, arrancó por el impago de las rentas de los meses de agosto y septiembre de 1997. La sentencia judicial establece que la empresa demandada debe abonar 1.824.975 de pesetas por esos dos meses de deuda, pero apunta que a esa cantidad se deberá sumar lo acumulado hasta que se lleve a cabo el desalojo.

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Una deuda de 11 millones

M. A. R. asegura que la deuda acumulada por Hooters, SA, asciende a 11 millones de pesetas, que se desglosan de la siguiente manera: nueve millones corresponden al impago de las 16 rentas mensuales que no ha cobrado y unos dos millones a la falta de pago de los gastos corrientes del negocio.El más llamativo de esos gastos es el del agua corriente, porque el restaurante tenía una fuente que funcionaba durante todo el día y que no recuperaba el agua que usaba. La consumía directamente de la tubería de conexión del Canal de Isabel II, como un grifo normal. La factura corría a cargo de la propietaria, no del arrendatario.

En algunas de las tarjetas del restaurante, encontradas en el local, se lee el nombre de Roddy Aragón, el presentador de televisión y actor, que aparece como gerente del restaurante. La representante de Roddy Aragón desmintió ayer que tuviera participación alguna en el restaurante: "Roddy sólo acudió a la presentación del local el día de la inauguración. Le contrataron para que prestase su imagen pública al restaurante, para que fuera algún famoso, pero no tiene nada que ver con el negocio. No es ni gerente ni socio. No hay ninguna otra vinculación con el restaurante", aseguró.

El Hooters se abrió en enero de 1997 pero permaneció abierto sólo hasta septiembre. El restaurante ofrecía comida norteamericana (hamburguesas, patatas fritas o aros de cebolla). El aspecto que ofrecía el restaurante cuando funcionaba la parrilla era muy distinto al del lunes. La propietaria se encontró el local destrozado tras la batalla ante los tribunales que finalizó con el desahucio judicial.

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