El inspector jefe del Banco de España en Banesto acusa a Conde de ocultar datos

El jefe de grupo de inspección del Banco de España en el Banco Español de Crédito (Banesto) hasta su intervención, Ignacio Palicio, acusó ayer al equipo del ex presidente de la entidad, Mario Conde, de ocultar información y de facilitarla tarde o de manera incompleta a los inspectores de la entidad para retrasar sus tareas de supervisión. Palicio, que compareció como testigo ante el tribunal que juzga el caso Banesto, aseguró que la entidad que inspeccionaba ocultó morosidad para que no apareciese en las cuentas.

Palicio, citado por la defensa de Rafael Pérez Escolar, explicó al tribuna...

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El jefe de grupo de inspección del Banco de España en el Banco Español de Crédito (Banesto) hasta su intervención, Ignacio Palicio, acusó ayer al equipo del ex presidente de la entidad, Mario Conde, de ocultar información y de facilitarla tarde o de manera incompleta a los inspectores de la entidad para retrasar sus tareas de supervisión. Palicio, que compareció como testigo ante el tribunal que juzga el caso Banesto, aseguró que la entidad que inspeccionaba ocultó morosidad para que no apareciese en las cuentas.

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Palicio, citado por la defensa de Rafael Pérez Escolar, explicó al tribunal que en junio de 1993, seis meses antes de la intervención de la autoridad monetaria, sus interlocutores en el banco les entregaron "tarde" o de forma incompleta distintas informaciones "con la finalidad de retrasar" su trabajo de evaluación de la entidad. "Nos enteramos de cosas importantes con posterioridad a la intervención", aseguró el testigo. Además, señaló que "por lo que después conocimos, tuvimos bastantes carencias en la información" que recibieron del equipo de Conde.Como ejemplo, el inspector aseguró que tras la intervención de Banesto su equipo descubrió que la conversión de créditos a la calificación de morosos la efectuaba el departamento de auditoría interna de Banesto, en lugar de un sistema informático como obligaba el Banco de España. El programa informático debía convertir en morosos aquellos créditos que estuviesen impagados tres meses después de su vencimiento y realizar las provisiones pertinentes. Según Palicio, en la entidad era práctica habitual renovar los créditos de forma consecutiva para que "formalmente" no hubiese que calificarlos como dudosos. Es decir, cobraba los créditos y sus intereses pero no los daba de baja disfrazando la contabilidad.

Palicio añadió que "no cabe duda de que los anteriores gestores del banco eran lo suficientemente inteligentes" como para no negarles directamente ningún dato que les solicitaban, aunque sí lo hicieron por la vía indirecta.

Como ejemplo de esta carencia de datos, el testigo se refirió a las operaciones con Oasis, Dorna y Hachuel. Palicio explicó que no tenía pruebas de autocartera, pero que estos grupos tenían posiciones sospechosas en el banco, por lo que tuvieron que poner provisiones. Sobre Oasis, en concreto, dijo que se trataron de un "tema paradigmático de las dificultades que hemos encontrado siempre con Banesto". "Nunca tuvimos la información mínima necesaria para conocer sus relaciones con el grupo", concluyó.

En su repaso por los meses previos a la intervención de Banesto, el 28 de diciembre de 1993, Palicio recordó, a preguntas del fiscal, que en un principio las reuniones entre los inspectores y los responsables de Banesto eran lejanas, aunque a medida que la situación era más "preocupante" se intensificaron, de manera que en noviembre y diciembre "eran muy frecuentes".

Asimismo, recalcó que en general, los responsables de Banesto aceptaban y compartían una "parte significativa" de sus conclusiones y que reconocían que eran problemas que debían ser subsanados, aunque también, y especialmente en el caso de las pérdidas, había cifras que el banco no aceptaba.

El testigo desveló que una de las consecuencias principales de la inspección del Banco de España en Banesto Nueva York fue que esta entidad era utilizada por la matriz para el desvío de créditos que debían estar sujetos por obligación a provisiones, aunque desde el punto de vista patrimonial no encontraron ningún problema.

Por esta razón, señaló que la propia Reserva Federal estadounidense envió una carta al Banco de España en la que manifestaba su preocupación ante este desvío de créditos, y que, según dijo, posteriormente les fue remitida a los responsables de Banesto para que ofrecieran explicaciones.

Asimismo, y a preguntas de la defensa de Conde, Palicio recalcó que a partir de 1992 la inspección del Banco de España se desarrolló de una manera bastante continua, a través de un seguimiento "permanente" de su situación y señaló que los órganos rectores del instituto emisor estaban al corriente de sus investigaciones.

Negativa de Joaquín Fanjul

En la sesión de ayer intervino, además, Joaquín Fanjul, jefe de la Asesoría Jurídica del banco emisor, que negó rotundamente que él diera por escrito que los ex administradores de Banesto habían vendido acciones como le acusaba Pérez Escolar.Víctor Menéndez Millán, actual consejero delegado de Banesto, que el plan de saneamiento de Banesto consistió en que los activos dañados de la entidad, que tenían un valor bruto de 3.636 millones de euros (605.000 millones de pesetas) se vendieron al Fondo de Garantía de Depósitos para después volver a comprarlos por su valor neto, 1.712 millones de euros inferior (285.000 millones de pesetas). La finalidad de esta operación -continuó Menéndez- fue conseguir la subvención de 1.712 millones de euros que este organismo facilitó a la entidad como apoyo a su saneamiento.

En cuanto a SCI, sociedad en la que el nuevo equipo gestor de Banesto ubicó los créditos dañados para que no constasen en el balance, Menéndez aseguró que "no fue una ficción para lograr un tratamiento privilegiado del Banco de España" como dice la defensa de algunos de los imputados.

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