"Le han cortado el grifo"

Si cuando el PSOE arrebató al PP la alcaldía de Mondoñedo (Lugo) mediante un pacto con el BNG alguien hubiese dicho "a Mondoñedo, ni agua", sus palabras se habrían cumplido literalmente. Javier Loira, el alcalde socialista, cansado de pedir 50 millones de pesetas para realizar la traída a dos parroquias sin agua corriente, decidió endeudarse y acometer la obra desde la administración municipal. Ahora, cuando el proyecto ya estaba en marcha, la Xunta le pone toda clase de trabas burocráticas.En más de tres años de mandato, Loira no ha conseguido ni saludar al presidente de la Diputación y del P...

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Si cuando el PSOE arrebató al PP la alcaldía de Mondoñedo (Lugo) mediante un pacto con el BNG alguien hubiese dicho "a Mondoñedo, ni agua", sus palabras se habrían cumplido literalmente. Javier Loira, el alcalde socialista, cansado de pedir 50 millones de pesetas para realizar la traída a dos parroquias sin agua corriente, decidió endeudarse y acometer la obra desde la administración municipal. Ahora, cuando el proyecto ya estaba en marcha, la Xunta le pone toda clase de trabas burocráticas.En más de tres años de mandato, Loira no ha conseguido ni saludar al presidente de la Diputación y del PP de Lugo, Francisco Cacharro, al que ha pedido entrevistas por toda clase de conductos. De los 67 ayuntamientos de Lugo, sólo seis no pertenecen al PP, y éstos, dice Loira, son víctimas del "sectarismo político llevado a la máxima expresión". La Diputación de Lugo no proporciona fondos ni para la Fundación Álvaro Cunqueiro, la gloria literaria local, y cuando el Ayuntamiento optó al concurso para explotar un establecimiento de hostelería propiedad de la institución provincial perdió en favor de la empresa particular de un concejal del PP. En 1994, cuando gobernaba el PP, Mondoñedo tenía 417 millones de presupuesto. Ahora no pasa de 300.

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'Te han cortado el grifo", reconoce el.portavoz municipal del PP, Manuel Santamarina, "pero no por una cuestión política, sino por su actitud personalista y sus proyectos utópicos".

A Anxo Quintana, alcalde nacionalista de Allariz (Ourense) desde hace 10 años, le va mucho mejor. Su pueblo, que en 1994 logró el premio europeo de urbanismo, es un orgullo para el BNG y los vecinos, que le apoyan masivamente. "Durante mucho tiempo", dice Quintana, "nos movimos en un ambiente de hostilidad y tuvimos que conseguir el dinero por nuestra cuenta, sin apenas ayudas de la Xunta. Las cosas cambiaron cuando logramos prestigio gracias "al premio y al apoyo de la ciudadanía".

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