Al Gore presenta su candidatura a las elecciones presidenciales del año 2000 en Estados Unidos

Al Gore ya es candidato oficial a la presidencia de Estados Unidos. En las últimas horas del último día de 1998, el actual vicepresidente y delfín de Bill Clinton presentó los documentos correspondientes a la Comisión Electoral Federal. Las elecciones primarias se celebrarán a partir de enero del 2000, pero Gore, como los otros candidatos, debe aprovechar a fondo el año que acaba de comenzar para recaudar fondos electorales y tejer una red de apoyos políticos. Ningún aspirante a la Casa Blanca tiene la menor probabilidad de ser escuchado en las primarias si no tiene en sus arcas electorales un...

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Al Gore ya es candidato oficial a la presidencia de Estados Unidos. En las últimas horas del último día de 1998, el actual vicepresidente y delfín de Bill Clinton presentó los documentos correspondientes a la Comisión Electoral Federal. Las elecciones primarias se celebrarán a partir de enero del 2000, pero Gore, como los otros candidatos, debe aprovechar a fondo el año que acaba de comenzar para recaudar fondos electorales y tejer una red de apoyos políticos. Ningún aspirante a la Casa Blanca tiene la menor probabilidad de ser escuchado en las primarias si no tiene en sus arcas electorales un mínimo de 25 millones de dólares (unos 3.600 millones de pesetas).La próxima carrera hacia la Casa Blanca ha comenzado cuando aún está en el aire el porvenir de su actual inquilino, un Clinton procesado para su destitución por la Cámara de Representantes por dos delitos relacionados con su intento de encubrir sus relaciones sexuales con Monica Lewinsky. El Senado, que reanudará sus sesiones el próximo miércoles, tiene el encargo de juzgar a Clinton.

El nuevo año comenzó con tremendas dudas sobre el formato, la duración y la conclusión de ese juicio, que no tiene ningún precedente en este siglo. Todo lo dicho hasta ahora puede incluirse en el apartado de los globos sonda. Los parlamentarios republicanos están profundamente divididos al respecto. Los de la Cámara de Representantes, que procesó a Clinton el 19 de diciembre, quieren un juicio en toda regla, incluida la declaración de testigos como Monica Lewinsky. Los del Senado, y en particular su jefe, Trent Lott, desean una vista oral rápida, de un par de semanas, sin presencia de testigos. Aspiran a pasar pronto a la fase del castigo, y el que suscita mayor consenso es una censura del presidente.

Preparar el camino

Entretanto, Gore, que sería el sucesor de Clinton en caso de que éste dimitiera o fuera destituido, aprovechó el final de 1998 para declararse oficialmente candidato a la presidencia ante la Comisión Electoral Federal. Ante ese organismo presentó el Comité Gore 2000, que incluye al hispano José Villarreal como tesorero y a Craig Smith como director político.

El principal objetivo de ese comité es recaudar en los próximos 12 meses un mínimo de 25 millones de dólares, lo que significa un ingreso de 60.000 dólares diarios. Sin ese botín, ningún aspirante puede hacerse oír en las elecciones primarias, que comenzarán en enero del 2000. Incluso en caso de dimisión o destitución de Clinton, el proceso electoral norteamericano no sería alterado. Gore le sustituiría en la Casa Blanca, pero al mismo tiempo tendría que pelear por ser el candidato demócrata para los comicios presidenciales de noviembre del 2000.

Su papel en la recaudación de fondos para la campaña que condujo en 1996 a la reelección del equipo Clinton-Gore es uno de los lastres del actual vicepresidente. Aunque la fiscal general, Janet Reno, ha cerrado las dos investigaciones abiertas sobre ese asunto, la imagen de Gore está empañada por su presencia en un acto de recaudación en un templo budista de California y sus llamadas en búsqueda de dólares desde los teléfonos de la Casa Blanca. No obstante, mal le han de ir las cosas al político de Tennessee para que su partido no le designe candidato. Hasta ahora, los únicos demócratas que han anunciado su intención de disputarle el honor son el senador Paul Wellstone y el ex senador Bill Bradley. Y aunque otros podrían hacerlo en las próximas semanas, Gore tiene mucha ventaja sobre ellos.

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Las cosas son más complejas en el campo republicano. El favorito de las encuestas es George Bush, gobernador de Tejas e hijo del ex presidente del mismo nombre, que está forjando una tercera vía entre el conservadurismo y el centrismo republicanos.

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