Policías de California acribillan a una parapléjica

Sólo los enérgicos llamamientos a la calma de sus dirigentes lograban contener ayer la explosión de ira de la comunidad afroamericana de Riverside, en California (Estados Unidos). La gente estaba indignada con la muerte, a manos de la policía, de Tyisha Shenee Miller, una parapléjica negra de 19 años de edad.En la madrugada del lunes, Miller fue acribillada cuando dormía en su coche especial de discapacitada en el aparcamiento de una gasolinera de Riverside, una localidad de unos 250.000 habitantes a unos cien kilómetros al este de Los Ángeles.

Los cuatro policías que participaron en el...

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Sólo los enérgicos llamamientos a la calma de sus dirigentes lograban contener ayer la explosión de ira de la comunidad afroamericana de Riverside, en California (Estados Unidos). La gente estaba indignada con la muerte, a manos de la policía, de Tyisha Shenee Miller, una parapléjica negra de 19 años de edad.En la madrugada del lunes, Miller fue acribillada cuando dormía en su coche especial de discapacitada en el aparcamiento de una gasolinera de Riverside, una localidad de unos 250.000 habitantes a unos cien kilómetros al este de Los Ángeles.

Los cuatro policías que participaron en el mortal incidente, tres blancos y un hispano, han sido suspendidos de empleo y sueldo. Según su versión de los hechos, recibieron una llamada telefónica afirmando que una joven estaba dormida o inconsciente en el interior de un coche con una pistola al alcance de la mano. Cuando se acercaron al lugar y golpearon la ventanilla del lado del conductor, la joven, siempre según su versión, empuñó la pistola. Los agentes dispararon un mínimo de 24 balas contra la joven y su automóvil.

El resultado fue la muerte inmediata de Miller. Según su familia, la joven se había quedado varada en la gasolinera por culpa de un neumático reventado. Alertada por una llamada telefónica, una prima suya fue a auxiliarla. Descubrió a Miller sin conocimiento en el interior del vehículo con la radio y la calefacción puestas. La prima llamó entonces al 911, el número de emergencia en EEUU, con la intención de que llegara una ambulancia. Los que aparecieron, en cambio, fueron los policías. En menos de dos minutos se consumó la tragedia.

"No era una criminal, era una joven discapacitada con una rueda pinchada", dijo ayer su tío Ron Butler. "Ha sido como un linchamiento en Misisipí", insistió el reverendo Bermell Butler, un amigo de la familia.

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