Entrevista:NURIA TELLERÍACOOPERANTE DE PAZ Y TERCER MUNDO

"Los únicos protagonistas de la cooperación son los desplazados"

Nuria Tellería (33 años, Orduña) pertenece a Paz y Tercer Mundo, la ONG vasca que recientemente recibió el Premio Europeo a la Solidaridad por un proyecto en la región del Chocó, al norte de Colombia. Ella es la cooperante que ha permanecido desde el pasado mes de mayo realizando este trabajo. El pasado viernes llegó a Bilbao, agotada, a pasar un mes en su tierra. A finales de enero regresará para seguir ayudando a los desplazados colombianos, "los verdaderos protagonistas" de cualquier proyecto de cooperación. Pregunta. ¿Cómo llegó a ser cooperante? Respuesta. No me gusta nada hablar de mí ...

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Nuria Tellería (33 años, Orduña) pertenece a Paz y Tercer Mundo, la ONG vasca que recientemente recibió el Premio Europeo a la Solidaridad por un proyecto en la región del Chocó, al norte de Colombia. Ella es la cooperante que ha permanecido desde el pasado mes de mayo realizando este trabajo. El pasado viernes llegó a Bilbao, agotada, a pasar un mes en su tierra. A finales de enero regresará para seguir ayudando a los desplazados colombianos, "los verdaderos protagonistas" de cualquier proyecto de cooperación. Pregunta. ¿Cómo llegó a ser cooperante? Respuesta. No me gusta nada hablar de mí misma. El protagonismo no tengo que tenerlo yo, sino la situación que viven allí las gentes desplazadas y el trabajo que se está hace con ellas. P. ¿Podría definir el proyecto que Paz y Tercer Mundo desarrolla en el Chocó? R. En Quibdó, la capital del Chocó, se ejecuta un programa de ayuda humanitaria con los desplazados que han sido obligados a salir de sus territorios de forma violenta y están hacinados en un polideportivo de esa ciudad, viviendo en condiciones muy duras sin ningún tipo de asistencia ni ayuda humanitaria, compartiendo techo con unas ratas de medio metro de grandes. P. ¿Cuál es su labor? R. Estoy encargada de ejecutar el proyecto aprobado por la Unión Europea y para el que ha aportado 42 millones de pesetas. Consiste en aportar alimentos, y en asistencia sanitaria y preventiva. No trabajo yo sola. Allí hay un equipo de Colombia, de la diócesis, con una doctora, un antropólogo, un trabajador social y un grupo de abogados. Esto es una labor conjunta. Los propios desplazados deciden cómo es el reparto de los alimentos. Yo estoy ahí para supervisar que las compras sean correctas y el dinero tenga el destino para el que ha sido solicitado. P. ¿Qué posibilidades tienen los desplazados de regresar a sus lugares de origen? R. Esta gente fue sacada de sus casas por los paramilitares que, primero, mataron de forma selectiva a líderes de esas comunidades y luego indiscriminadamente. Eran comunidades pequeñas, a orillas de los ríos, dispersas. Tienen pocas posibilidades de regresar ya que todo esto fue por intereses económicos, porque quieren ocupar ese territorio con megaproyectos, y esa gente campesina les molesta. Nuestro proyecto lo que hace es intentar apoyar a estas comunidades, pero teniendo muy claro que es el Gobierno colombiano el que debe responder de esta situación. P. ¿Temió alguna vez por su vida? R. No, por la mía no. Los que corren peligro son los colombianos que están allí trabajando con las comunidades, por los derechos humanos. Cada día, los paramilitares matan a cuatro o cinco personas. Y sé que cuando regrese quizá alguno de los que han trabajado conmigo estrechamente estos meses habrá sido asesinado.

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