El montaje de danza y música tradicional Kondharian regresa a San Sebastián

El Teatro Victoria Eugenia, en San Sebastián, acogerá el próximo sábado la puesta en escena de Kondharian, un espectáculo de danza y música tradicional creado por el folclorista Juan Antonio Urbeltz, que se construye a partir de siete cuentos populares que narra Koldo Ameztoy. Sobre el escenario, más de medio centenar de bailarines y músicos procedentes de distintos rincones de Euskadi, Navarra y el País vasco francés, harán de la danza el espejo de historias populares que se han transmitido a través de los tiempos.

La puesta en escena de Kondharian el próximo sábado supone la segunda r...

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El Teatro Victoria Eugenia, en San Sebastián, acogerá el próximo sábado la puesta en escena de Kondharian, un espectáculo de danza y música tradicional creado por el folclorista Juan Antonio Urbeltz, que se construye a partir de siete cuentos populares que narra Koldo Ameztoy. Sobre el escenario, más de medio centenar de bailarines y músicos procedentes de distintos rincones de Euskadi, Navarra y el País vasco francés, harán de la danza el espejo de historias populares que se han transmitido a través de los tiempos.

La puesta en escena de Kondharian el próximo sábado supone la segunda representación del espectáculo en San Sebastián. El grupo que da vida al montaje actuó el año pasado en la capital guipuzcoana reclamado por la Quincena Musical, con toda probabilidad, por la singularidad de la propuesta, por la mágica fusión de la danza y la música, que encuentran el hilo argumental perfecto en los relatos que narra Ameztoy. "La transmisión oral se ha perdido", dice el autor del espectáculo. "Los cuentos son lo que queda de antiguos mitos y la danza, legajos de antiguos rituales. Ambos van unidos". Los bailes recrean cuentos sobre osos y cazadores o historias de tejedoras y bolleros que cuentan con gran tradición no sólo en el País Vasco, también en otros lugares de Europa. Y lo hacen a través de un soporte musical que se apoya en los sonidos de la dulzaina, el txistu y la flauta, y que combina también formas orquestales. El espectáculo, que se prolonga por espacio de una hora y cuarenta minutos, cuida la escenografía y la iluminación que acompañan al ritmo que imprime Ameztoy a los relatos. Se trata "de cuentos maravillosos, muy elaborados para niños y adultos", precisa Urbeltz. Algunas de las narraciones se han tomado del carnaval suletino, de Pirineos y otras forman parte de la tradición vasca. Pero el espectáculo también recoge un cuento de lejano oriente y otro procedente de los Balcanes sobre los domadores de osos. No resulta fácil fechar estas historias que se han transmitido a lo largo de varias generaciones, fundamentalmente porque no existen documentos que lo atestigüen. "Funcionan a través de arquetipos y son ahistóricos", indica Urbeltz. "Pero algunos pueden considerarse de hoy porque se siguen representando en los carnavales".

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