La otra cara de los tiburones

Han sido noticia los dos tiburones que han llegado al Aquarium de Donostia. Se han leído y se han oído anécdotas de todo tipo: que son más pequeños de lo que se esperaba, cómo los capturó un especialista norteamericano, que han pasado sin comer unas cuantas horas, que han costado tres millones de pesetas.... Hay otro tipo de detalles que se han obviado. Por ejemplo, cómo se llevó a cabo su secuestro o qué tipo de negocio tiene su capturador; el estrés que seguramente han sufrido estos dos seres durante su captura, traslado y adaptación a su nuevo entorno; qué pasará con ellos si no se adaptan ...

Han sido noticia los dos tiburones que han llegado al Aquarium de Donostia. Se han leído y se han oído anécdotas de todo tipo: que son más pequeños de lo que se esperaba, cómo los capturó un especialista norteamericano, que han pasado sin comer unas cuantas horas, que han costado tres millones de pesetas.... Hay otro tipo de detalles que se han obviado. Por ejemplo, cómo se llevó a cabo su secuestro o qué tipo de negocio tiene su capturador; el estrés que seguramente han sufrido estos dos seres durante su captura, traslado y adaptación a su nuevo entorno; qué pasará con ellos si no se adaptan bien; la angustia que sufrirán sus compañeros de pecera; cómo serán sustituídos, una y otra vez, los individuos que ellos maten por otros sin que nos enteremos. Y en ningún caso se ha planteado, además, una cuestión más importante y más preocupante: la conveniencia de que las colecciones de animales vivos de los zoos y acuarios se sigan manteniendo como espectáculo y alternativa de ocio, dadas las nefastas consecuencias que tienen desde el punto de vista educativo, pues transmiten a los más jóvenes la idea de que los animales están para nuestro uso y disfrute, sin tener en cuenta sus intereses, derechos o bienestar. Se transmite, además, una imagen de los animales que distorsiona su realidad y que nos hace preferir a unas especies frente a otras. Desde Atea hacemos un llamamiento a todos los ciudadanos vascos para que adopten una actitud más crítica ante cualquier manifestación que afecte negativa e injustamente a los animales, como es el caso de todos los acuarios, zoológicos o colecciones de animales vivos. Hay posibilidades mucho más respetuosas, baratas y atractivas; interesantes para aprender y observar a los animales en acción, en su propio ambiente y sin causarles daño. En lo que respecta a los zoos, parques, acuarios y ambiente,tienen una excelente alternativa: los documentales y los libros sobre animales en libertad nos permitirán aprender sobre ellos mucho más que cualquier jaula o pecera.- Nerea Antia. Asociación para un Trato Ético con los Animales (Atea). Vitoria-Gasteiz.