Trabajo dará incentivos a los parados que encuentren rápidamente empleo

Los Gobiernos de José María Aznar y Tony Blair apuestan por una estrategia común en sus políticas contra el paro, que empezó a materializarse ayer en la primera conferencia hispano-británica sobre el empleo celebrada en Sevilla. Allí se puso de manifiesto que existen más coincidencias de las esperables entre dos opciones ideológicas aparentemente tan diferentes. Los dos Gabinetes, uno de centro-derecha y otro laborista, defienden las políticas activas de empleo dirigidas a facilitar el acceso al mercado laboral, en detrimento del subsidio.

En el caso de España, Trabajo estudia como nuev...

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Los Gobiernos de José María Aznar y Tony Blair apuestan por una estrategia común en sus políticas contra el paro, que empezó a materializarse ayer en la primera conferencia hispano-británica sobre el empleo celebrada en Sevilla. Allí se puso de manifiesto que existen más coincidencias de las esperables entre dos opciones ideológicas aparentemente tan diferentes. Los dos Gabinetes, uno de centro-derecha y otro laborista, defienden las políticas activas de empleo dirigidas a facilitar el acceso al mercado laboral, en detrimento del subsidio.

En el caso de España, Trabajo estudia como nuevas medidas la creación de incentivos para los parados que encuentren rápidamente empleo y la reforma del servicio público de colocación que ahora facilita el Inem.En el debate desarrollado durante toda la jornada por los responsables de empleo de los dos países, y en las intervenciones enviadas por Blair y Aznar grabadas en vídeo, el denominador común es que todos sitúan el problema del paro entre las prioridades de sus Gobiernos. Hay más coincidencias: han quedado olvidadas las políticas de reforma del mercado laboral meramente centradas en la desregulación. En su lugar se apuesta por la flexibilidad combinada con la seguridad para el trabajador y con el diálogo social.

Otro punto en común de los dos Ejecutivos, que los distancia del tipo de medidas impulsadas en otros países de la Unión Europea como Francia e Italia, es que no creen en la reducción de la jornada laboral ni en las 35 horas semanales como instrumento para impulsar la generación de puestos de trabajo.

El viceministro de Empleo del Reino Unido, Andrew Smith, ve con "simpatía" esa reivindicación de los sindicatos, pero él prefiere otras fórmulas que permitan hacer compatible la vida familiar y laboral. El secretario general de Empleo español, Manuel Pimentel, "respeta" esa demanda y también tiene otra contrapropuesta, que consiste en reordenar el tiempo de trabajo mediante jornadas flexibles o el nuevo contrato a tiempo parcial estable.

Una de las conclusiones del debate es que los dos Gobiernos se proponen intercambiar experiencias y propuestas para paliar el problema del paro, un llamamiento que iba incluido en el mensaje de Blair.

Aznar lanzó un interrogante que estaba en la mente de algunos asistentes: "Algunos se preguntarán qué se pueden plantear en común el Reino Unido y España con situaciones tan diferentes". La respuesta del presidente del Gobierno español es que "ambos rehuimos los dogmas". Su ministro de Trabajo, Javier Arenas, anunció como proyectos para el futuro, y una vez se ponga definitivamente en vigor el nuevo contrato a tiempo parcial, así como los incentivos en sus cotizaciones a la Seguridad Social, una reforma del servicio público de colocación que presta el Inem y que el ministro tildó de "ineficaz". Se quiere "personalizarlo" una vez se conozcan las necesidades de los parados en la encuesta que se está haciendo entre dos millones de desempleados, y también acercarlo a la gestión de los ayuntamientos.

Por su parte, el presidente de la CEOE, José María Cuevas, dijo ayer en Alicante que las empresas han aportado este año cerca de un billón de pesetas en concepto de cotizaciones sociales, que deberían salir de los Presupuestos del Estado, informa Jaime Esquembre.

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