NUEVO PASO EN LA CONQUISTA DEL ESPACIO

La NASA paga los 30.000 millones del módulo ruso

El Zariá es un módulo cilíndrico de aluminio de 12,5 metros de largo y 4,1 de ancho, con paneles solares de 10,6 metros y 16 tanques con capacidad para almacenar seis toneladas de combustible. Pesa 19.300 kilos y debe garantizar la energía inicial necesaria para las comunicaciones y propulsión de la ISS. Cuando se acoplen otros elementos de la estación será, fundamentalmente, un compartimento de carga. Ha sido fabricado en el centro espacial Krunichev, cercano a Moscú, y ha costado más de 30.000 millones de pesetas, sufragados por la NASA. La contribución rusa es el lanzamiento y la pue...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El Zariá es un módulo cilíndrico de aluminio de 12,5 metros de largo y 4,1 de ancho, con paneles solares de 10,6 metros y 16 tanques con capacidad para almacenar seis toneladas de combustible. Pesa 19.300 kilos y debe garantizar la energía inicial necesaria para las comunicaciones y propulsión de la ISS. Cuando se acoplen otros elementos de la estación será, fundamentalmente, un compartimento de carga. Ha sido fabricado en el centro espacial Krunichev, cercano a Moscú, y ha costado más de 30.000 millones de pesetas, sufragados por la NASA. La contribución rusa es el lanzamiento y la puesta en órbita.Un cohete Protón modelo K debe colocar el Zariá en una órbita provisional, que oscila entre los 165 y los 150 kilómetros sobre la superficie del planeta. Desde esa posición, el módulo utilizará sus sistemas de propulsión, controlados desde Tierra, para alcanzar la órbita definitiva, que oscilará entre 350 y 500 kilómetros.

Más información

Casi en vísperas del lanzamiento, la agencia espacial rusa intentó convencer a la NASA de que la operación se retrasase 10 horas para permitir que el módulo se situase una órbita cercana a la estación Mir. El objetivo era hacer posible lo que habría sido la primera mudanza en el espacio, entre la vieja y la nueva estación, ya que en la Mir hay equipos que Moscú se resiste a dar por perdidos.

La NASA no aceptó la propuesta, probablemente porque la consideró un síntoma de que los rusos se resisten a cumplir su promesa de jubilar a la Mir el próximo mes de junio.

Uno de los inquilinos más célebres de la Mir, el astronauta de la NASA Michael Foale, que estaba en la estación rusa cuando se produjo el año pasado el accidente que casi la liquida, dijo a Reuters: "La ISS es un vehículo para hacer algo en el espacio, para salir de nuestro planeta y seguir haciendo cosas útiles en él".

Archivado En