Interior protege a 150 empresarios a quienes los GRAPO exigen el "impuesto revolucionario"

El Ministerio del Interior tiene en marcha una operación para dar protección a unos 150 empresarios a los que los GRAPO han enviado cartas exigiéndoles el pago del impuesto revolucionario. Durante el último mes, medio centenar de personas han recibido una segunda misiva en la que se les recuerda que deben abonar cantidades de entre 25 y 50 millones de pesetas. Un artefacto de poca potencia, que Interior atribuye a los GRAPO, estalló a primeras horas de la madrugada de ayer en el Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo, en Madrid, sin causar víctimas.

Alrededor de 200 empresar...

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El Ministerio del Interior tiene en marcha una operación para dar protección a unos 150 empresarios a los que los GRAPO han enviado cartas exigiéndoles el pago del impuesto revolucionario. Durante el último mes, medio centenar de personas han recibido una segunda misiva en la que se les recuerda que deben abonar cantidades de entre 25 y 50 millones de pesetas. Un artefacto de poca potencia, que Interior atribuye a los GRAPO, estalló a primeras horas de la madrugada de ayer en el Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo, en Madrid, sin causar víctimas.

Alrededor de 200 empresarios y profesionales de toda España recibieron antes del pasado verano cartas en las que se les acusa de explotar a la clase obreras y se les conmina a que paguen entre 25 y 50 millones en concepto de "devolución".En las misivas, que llevan el sello con el anagrama de los GRAPO, se indica a las víctimas que deben insertar un anuncio en la sección de breves de un periódico, lo que servirá de contraseña para que la organización terrorista sepa que quien pone el aviso se aviene a cumplir las exigencias. Al menos en el caso de los afectados que residen en Andalucía, el anuncio debería hacer referencia al alquiler de una vivienda en Capileira, un pueblo de la Alpujarra granadina.

Los grapos centraron la siembra de cartas en las comunidades de Madrid, Aragón, Andalucía, Galicia y Castilla y León, según fuentes policiales. La recepción de estos escritos desató la alarma entre los amenazados, algunos de los cuales son pequeños empresarios.

"Recordatorio"

Desde hace un mes ha comenzado una segunda oleada de cartas, aunque fuentes de Interior señalan que ha sido menos numerosa que en la anterior ocasión. Los investigadores consideran que se trata de una especie de recordatorio para determinados industriales.El Ministerio del Interior, que cree que los GRAPO sólo tienen actualmente un comando central, ha decidido poner en marcha una operación de protección en torno a unos 150 empresarios. En el dispositivo participan agentes de las brigadas de Información y de Seguridad Ciudadana, ante la sospecha de que la organización terrorista pueda intentar secuestrar a alguna de estas personas o bien retener a su cónyuge y a sus hijos como forma de obligar al industrial amenazado a ir a un banco y retirar el dinero.

Los GRAPO reiteran en sus últimos documentos que están dispuestos a mantener "la vigencia de la lucha armada" argumentando que no se han conseguido los objetivos de la clase trabajadora. Uno de los principales objetivos de su ofensiva son las empresas de trabajo temporal, aunque sin causar víctimas. El primero de los ataques fue el realizado el pasado enero en la empresa People, de Madrid, supuestamente con la colaboración de algún okupa o de un miembro de otro grupo marginal, según fuentes policiales.

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Sobre la una de la madrugada de ayer, un artefacto explosivo de escasa potencia estalló en el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, sito en la calle de Torrelaguna, número 73, de Madrid, informa Luis Fernando Durán.

La explosión, que no ocasionó víctimas, se produjo apenas 18 horas después de que otra bomba causara daños en la empresa de trabajo temporal Unitrab, en la calle de Lérida, también en Madrid. El ministro del Interior, Jaime Mayor, apuntó a los GRAPO como posibles autores del atentado.

El artefacto contra el Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo fue introducida a través de una ventana cuyo cristal había sido previamente fracturado. La explosión hizo añicos tres ventanas, parte del mobiliario, dos despachos médicos y 40 metros cuadrados de un falso techo. Los investigadores sospechan que la bomba fue activada con un mando a distancia.

El Instituto de Seguridad e Higiene, dependiente del Ministerio de Trabajo, desarrolla políticas de salud y seguridad laboral.

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