40 antidisturbios desalojan a tres punkis que dormían en el bar "okupado" de Getafe

Los antidisturbios de la policía vaciaron ayer el bar La Sota de Potas, en Getafe, con un dispositivo propio de una película de acción. Unos 40 agentes, con una orden de desalojo dictada por el Juzgado número 4 del municipio, cogieron en pleno sueño a los tres punkis que "hacían guardia" dentro del bar, el cual habían empleado como vivienda desde hace un mes. La acción ocurrió a las siete y media de la mañana. La operación sorprendió a los atrincherados punkis bajo mínimos, es decir, sin la compañía habitual de los 50 amigos (el triple los fines de semana) que se resis...

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Los antidisturbios de la policía vaciaron ayer el bar La Sota de Potas, en Getafe, con un dispositivo propio de una película de acción. Unos 40 agentes, con una orden de desalojo dictada por el Juzgado número 4 del municipio, cogieron en pleno sueño a los tres punkis que "hacían guardia" dentro del bar, el cual habían empleado como vivienda desde hace un mes. La acción ocurrió a las siete y media de la mañana. La operación sorprendió a los atrincherados punkis bajo mínimos, es decir, sin la compañía habitual de los 50 amigos (el triple los fines de semana) que se resistían al cierre del bar por orden municipal.

El desalojo comenzó sigiloso: los antidisturbios desembarcaron en los aledaños del bar mientras que tres patrullas de la Policía Municipal cortaban el tráfico de la calle del Rayo. Los encerrados tardaron un tiempo en percatarse del diluvio policial, el que los agentes gastaron en tocar el timbre sin éxito, romper el candado de la puerta con una tijera especial y penetrar en La Sota. "Los chicos demostraron un comportamiento modélico y un evidente espíritu de colaboración saliendo de manera pacífica", relató ayer el suboficial de la Policía Local, Francisco José Luengo. "Tocaban a más de 10 policías cada uno, así que no podían hacer nada y salieron por las buenas", comentó José, el dueño del garito, a quien la movida le pilló en su casa duchándose.

Dentro del bar, los agentes descubrieron armas blancas, palos, pistolas simuladas y hasta una escopeta. Aun así, no hubo detenciones y los desalojados tendrán que presentarse en el juzgado en los próximos días. Anticipándose a otra previsible ocupación del local, la policía selló la entrada y dejó un retén de vigilancia en el barrio "para proteger a los vecinos", que denunciaron hace tiempo al local por ruidos excesivos, desórdenes e incumplimiento de horarios.

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