Reticencia en España ante la entrada de la moneda única

Las perspectivas psicológicas desde las que se aguarda la llegada de la moneda única son más bien negativas en España, donde parece hoy pesar más el coste psicológico de la adaptación que las ventajas de su adopción.

A pocas semanas de la entrada en vigor la primera fase de la Unión Económica y Monetaria y de que el euro eche a andar, la opinión pública de los países incluidos en el área euro parece estar profundamente dividida acerca de las consecuencias personales que la adopción de la moneda única traerá consigo.

En el conjunto de seis países euro -la pregunta no s...

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Las perspectivas psicológicas desde las que se aguarda la llegada de la moneda única son más bien negativas en España, donde parece hoy pesar más el coste psicológico de la adaptación que las ventajas de su adopción.

A pocas semanas de la entrada en vigor la primera fase de la Unión Económica y Monetaria y de que el euro eche a andar, la opinión pública de los países incluidos en el área euro parece estar profundamente dividida acerca de las consecuencias personales que la adopción de la moneda única traerá consigo.

En el conjunto de seis países euro -la pregunta no se hizo en Bélgica ni Austria- prevalece ligeramente el sentimiento de satisfacción (48%) sobre el de insatisfacción (41%) por el cambio de la moneda nacional por el euro. Sin embargo, en España las tornas aparecen invertidas, con un 46% de insatisfechos frente a un 30% de satisfechos. Es verdad que el clima de opinión sobre el euro se ha ido enfriando en nuestro país, pero, probablemente este resultado,tiene más que ver con la forma distinta de entender la pregunta ya que se ha calculado antes el coste psicológico de la adaptación que la conveniencia objetiva de la adopción del euro.

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