Expertos consideran a Zambrano nexo entre las generaciones de anteguerra

El III Congreso Internacional sobre María Zambrano, que ha congregado en Vélez-Málaga a casi 150 estudiosos en torno a la obra y la vida de la filósofa veleña, se clausuró ayer proclamando el carácter de "gozne" y "correa de transmisión" de la autora de Persona y democracia entre las tres generaciones intelectuales con las que mantuvo contacto. La Zambrano fue nexo de unión entre la generación del 98, donde la influencia de Unamuno y Antonio Machado surgió a través de su padre Blas Zambrano, maestro y amigo íntimo de ambos y cuya primera antología de textos se ha presentado en el congreso, la ...

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El III Congreso Internacional sobre María Zambrano, que ha congregado en Vélez-Málaga a casi 150 estudiosos en torno a la obra y la vida de la filósofa veleña, se clausuró ayer proclamando el carácter de "gozne" y "correa de transmisión" de la autora de Persona y democracia entre las tres generaciones intelectuales con las que mantuvo contacto. La Zambrano fue nexo de unión entre la generación del 98, donde la influencia de Unamuno y Antonio Machado surgió a través de su padre Blas Zambrano, maestro y amigo íntimo de ambos y cuya primera antología de textos se ha presentado en el congreso, la del 14, a través del magisterio de Ortega y Gasset, a quien a pesar de las divergencias siempre llamó "mi maestro"; y la del 27, que ella calificó "la generación del toro" o "del sacrificio", a la que perteneció por edad y con varios de cuyos miembros compartió exilio y la sensación de fracaso con que la guerra civil zanjó todo aquel esplendor intelectual. La consejera de Cultura, Carmen Calvo, entregó ayer el primer premio de investigación y ensayo que la Junta otorga bajo el nombre de María Zambrano. Lo recibió la investigadora madrileña María Soledad Carrasco Urgoiti profesora del Hunter College de Nueva York, por sus estudios sobre los moriscos. Urgoiti era la felicidad "de un destino cumplido". Repasó sus recuerdos sobre "aquella mujer joven tan brillante en su escritura y tan bella persona" que era María Zambrano: "El mito de mi infancia". Su relato sobre la huella morisca en tierras veleñas, andaluzas o en El Quijote, se convirtió en un reconocimiento a todos los olvidados de la cultura oficial, los que como ella, la Zambrano o los moriscos, hubieron de abandonar su tierra. El congreso ha ratificado la condición excepcional de la Zambrano: "Fue la única aportación original española tras la guerra civil al pensamiento europeo. Mantuvo el carácter valiente de la generación del 27, superó las contradicciones unamunianas, o la frialdad racionalista de Ortega, con su escritura poética", señaló ayer Juan Fernando Ortega, presidente de la fundación que lleva su nombre.

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