Blair excluye los motivos sexuales en la dimisión del ministro de Gales

Ron Davies, el dimisionario ministro laborista, luchaba ayer por rescatar su carrera política del abismo. Debido a un "serio error de juicio", como justificó el día anterior en la carta de dimisión al primer ministro británico, Tony Blair, Davies cedió su cartera como ministro de Gales, pero el portavoz de Downing Street reiteraba ayer que no hay pruebas que le relacionen con escándalos de drogas o actos sexuales.

Por el momento, Davies se mantiene como candidato laborista en las elecciones a la Asamblea autonóma de Cardiff, previstas para el próximo mes de mayo."Si no es suficientement...

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Ron Davies, el dimisionario ministro laborista, luchaba ayer por rescatar su carrera política del abismo. Debido a un "serio error de juicio", como justificó el día anterior en la carta de dimisión al primer ministro británico, Tony Blair, Davies cedió su cartera como ministro de Gales, pero el portavoz de Downing Street reiteraba ayer que no hay pruebas que le relacionen con escándalos de drogas o actos sexuales.

Por el momento, Davies se mantiene como candidato laborista en las elecciones a la Asamblea autonóma de Cardiff, previstas para el próximo mes de mayo."Si no es suficientemente bueno para estar en el Gabinete, ¿es apto para ser el líder de los laboristas galeses?", preguntaba ayer el editorial del rotativo conservador, The Daily Telegraph.Horas después, el líder de la oposición, el conservador William Hague, exigía la retirada de Davies de la política galesa, mientras que los colegas y amigos del exministro defendían que la decisión corresponde a los militantes laboristas.

La primera baja ministerial que sufre el Gobierno de Blair sigue suscitando más preguntas que respuestas. Ante la ausencia de una explicación oficial completa, la prensa sensacionalista baraja varias posibilidades. "Sexo, homosexualidad, drogas". Con estos titulares informaron ayer los tabloides británicos sobre la dimisión de Davies. El trío de serias alusiones se debe a la ubicación en el tiempo y en el espacio del posible golpe mortal a la carrera política de un laborista a la vieja usanza, que además supo encauzar al pueblo galés hacia la aceptación del proyecto autonómico.

Davies paseaba la noche del lunes por un parque del sur de Londres cuando entabló conversación con un desconocido. El individuo le convidó a cenar en su piso con un par de amigos, una mujer y un hombre. Poco después, relata Davies en su carta de dimisión al primer ministro, "sacaron un cuchillo, me robaron y se llevaron mi coche". La policía confirmó el atraco y anoche interrogaba a tres sospechosos.

Los tablodies, por su parte, resaltaban que los homosexuales suelen frecuentan ese parque, en tanto que la zona en la que se produjo el atraco es conocida por su consumo y tráfico de drogas. Advertían al mismo tiempo que Davies había sido víctima de lo que la policía califica como el típico "atraco al gay".

La posibilidad de que el exministro, padre de una hija en edad escolar, haya caído en desgracia a causa de su orientación sexual tuvo una variada acogida entre los medios de comunicación británicos. Matthew Parris, exdiputado conservador y columnista de The Times, recordó que hay dos gay en el Gabinete de Blair. Chris Smith, ministro de Cultura, vive abiertamente con su compañero sentimental. Parris, sin embargo, carece de pruebas sobre el segundo ministro laborista, Peter Mandelson, a quien consideró homosexual durante un debate en la BBC.

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"Davies", defendía por su parte el editorial de The Guardian, "es víctima de una paradoja de nuestros tiempos: una creciente actitud liberal respecto a la sexualidad combinada con una creciente intolerancia respecto a los políticos que se saltan las normas de antaño".

Unos y otros coinciden en destacar la rapidez con que la maquinaria de Downing Street ha actuado ante el primer escándalo serio que enturbia la imagen del Nuevo Laborismo. Blair zanjó el incidente con diligencia, demostrando que no está dispuesto a repetir los errores de los tories en el manejo de sus numerosos escándalos de faldas. La dimisión se dio a conocer antes de que el público tuviera noticias del extraño atraco en el que se vio envuelto el ministro de Gales.

La operación sólo dejó un fleco suelto, la permanencia de Davies como candidato a la Asamblea de Cardiff, que ayer intentó explotar el líder conservador. "No nos han dado una explicación satisfactoria", criticó Hague.Al primer ministro le han aconsejado mal al sugerirle que no aclare las causas de este serio error de juicio". Con tres sospechosos en comisaría, es posible que el trasfondo del incidente del exministro salga a la luz en los próximos días. Davies se refugió ayer en Gales mientras reconsideraba su futuro.

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