Cartas al director

Preguntas

En la madrugada del pasado día 2 de septiembre, mi madre llamó desde Orusco al centro de urgencias de Perales de Tajuña, pues mi padre no se encontraba bien. Habló con el médico de guardia y le comentó los síntomas que tenía (sudores, taquicardia y ligero dolor en el pecho) y le preguntó si podía venir a casa a verle. El médico dijo que no podía y que lo mejor era que le llevásemos a Perales para hacerle un electrocardiograma. Al rato tomó un analgésico, mejorando su estado, por lo que pensaron en venirse después en nuestro coche, ya que ese mismo día veníamos a trabajar a Madrid y ellos tenía...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En la madrugada del pasado día 2 de septiembre, mi madre llamó desde Orusco al centro de urgencias de Perales de Tajuña, pues mi padre no se encontraba bien. Habló con el médico de guardia y le comentó los síntomas que tenía (sudores, taquicardia y ligero dolor en el pecho) y le preguntó si podía venir a casa a verle. El médico dijo que no podía y que lo mejor era que le llevásemos a Perales para hacerle un electrocardiograma. Al rato tomó un analgésico, mejorando su estado, por lo que pensaron en venirse después en nuestro coche, ya que ese mismo día veníamos a trabajar a Madrid y ellos tenían que desplazarse también, pues mi madre tenía cita al día siguiente en el médico.Durante el camino, mi padre aparentemente estaba bien, venía hablando, pero en un momento, sin decir absolutamente nada ni quejarse, sufrió lo que luego supimos que era una angina de pecho, quedándose inmóvil y sin conocimiento. En ese instante mi reacción fue dirigirme precisamente al centro mencionado, pues era donde existía el médico más cercano (estábamos a dos kilómetros). Llegamos dos o tres minutos después. Al avisar, salieron hacia el coche un médico y una ATS con una silla de ruedas para trasladarle, ya que no disponen de camilla.

Al intentar sacar a mi padre del coche se nos caía al suelo; no podíamos con él. Estábamos angustiados, pues veíamos que pasaba el tiempo (fundamental en estos casos) y no éramos capaces. Después de cuatro o cinco minutos, logramos sacarle; tuvimos que poner la cabeza y parte de la espalda en el asiento de la silla, quedando el resto del cuerpo al aire, sujetándolo a duras penas entre el médico y nosotros, tirando de las piernas hasta que logramos entrar.

Una vez en el interior del centro, el médico dijo que se encontraba en parada cardiorrespiratoria. Intentaron reanimarle durante aproximadamente media hora sin ningún resultado. Había fallecido.

Sin entrar en otras consideraciones, me sigo preguntando: ¿en qué estado tiene que encontrarse el enfermo para que acuda un médico? ¿Cómo es posible que un centro de urgencias no disponga de una simple camilla? ¿Cómo es posible que este centro sólo disponga de un médico y un ATS y no tenga personal para, en casos como éste, poder trasladar al enfermo con rapidez y atenderle lo más rápidamente posible ¿De qué sirven los medios que tienen en este centro si es prácticamente imposible introducir a una persona en estas condiciones? ¿Qué hubiera pasado si a mi padre le hubieran atendido antes?

Espero que si surge otro caso de gravedad, por lo menos atiendan y trasladen al enfermo como lo que es y que sus familiares no sientan la impotencia y la angustia que sentimos nosotros.-

Archivado En