EL DEBATE SOBRE EUSKADI

El PSOE teme que Aznar y el PNV hayan pactado el proceso de tregua al margen de los demás partidos

En el PSOE se ha instalado la desconfianza hacia el Gobierno y el PNV. Los socialistas temen que ambos hayan decidido ir juntos en el proceso político que ha abierto la tregua de ETA dejando al primer partido de la oposición en la cuneta. Los miembros de la comisión ejecutiva federal del PSOE ya expresaron esta preocupación el lunes y de ahí que Joaquín Almunia se adelantara a pedir al jefe del Ejecutivo que exigiera lealtad constitucional al líder del PNV, Xabier Arzalluz, en su reunión de ayer. Además, los socialistas dan por seguro que Arzalluz desveló a Aznar pasadas conversaciones secreta...

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En el PSOE se ha instalado la desconfianza hacia el Gobierno y el PNV. Los socialistas temen que ambos hayan decidido ir juntos en el proceso político que ha abierto la tregua de ETA dejando al primer partido de la oposición en la cuneta. Los miembros de la comisión ejecutiva federal del PSOE ya expresaron esta preocupación el lunes y de ahí que Joaquín Almunia se adelantara a pedir al jefe del Ejecutivo que exigiera lealtad constitucional al líder del PNV, Xabier Arzalluz, en su reunión de ayer. Además, los socialistas dan por seguro que Arzalluz desveló a Aznar pasadas conversaciones secretas entre dirigentes socialistas y peneuvistas en las que, previsiblemente, habría pronunciamientos de todo tipo sobre el fin de la violencia.

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"Seguro que la mitad de la reunión la han dedicado a criticarnos", señaló ayer tarde un miembro de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE dejando claro el malestar creado por la cita.Ya en la reunión de la Ejecutiva del lunes hubo intervenciones que alertaban del peligro de que el Gobierno intente dejar en la cuneta al PSOE en el proceso político abierto por la tregua de ETA. Hay temor a que Aznar y el PNV hayan pactado ir del brazo y capitalizar el protagonismo en la pacificación del País Vasco. Esto no implica, admiten los socialistas, que el Gobierno esté de acuerdo con el PNV en sus postulados, sino que por encima de los contenidos haya voluntad de no separarse.

Igual tesis es asumida por el ex ministro Juan Alberto Belloch, aunque con algún matiz. Belloch opina que el Gobierno intentará pactar con una mano con el PNV y con otra con el PSOE. Una u otra opción tendrá que salir bien. El ex titular de Justicia e Interior, que mantiene sus contactos con el ministro Jaime Mayor Oreja, pidió ayer a Aznar que sea "explícito". "Debemos saber si el Gobierno juega con una o dos barajas", dijo Belloch, que cree que Mayor mantiene una línea de trabajo mientras que el vicepresidente Francisco Álvarez Cascos y el propio Aznar tienen otras vías de comunicación con el PNV. En el PSOE se destacan "los insultos" que recibe Mayor Oreja del PNV, en tanto que no hay ataques de igual calibre para Aznar. Y lo mismo piensan de las críticas del Gobierno a los nacionalistas. Tras proclamar Arzalluz que el pueblo vasco no cabe en la Constitución, el portavoz, Josep Piqué, señaló que tal aproximación era "excesiva", calificación que se le antoja suave al PSOE.

La "bomba"

Poco saben los socialistas de lo que ocurrió ayer en la reunión entre Arzalluz y Aznar, pero han tomado buena nota de las críticas que a la salida les dirigió el líder peneuvista y las referencias a la posible "bomba" que podía soltar. Dirigentes del PSOE reconocieron ayer que esa "amenaza" alude a la posibilidad de que Arzalluz revele algunas de las muchas conversaciones que durante los 14 años de los socialistas en el poder han mantenido éstos con los peneuvistas y el propio Arzalluz.Estos interlocutores dan por seguro que Arzalluz narró ayer a Aznar algunos de estos contactos. En algún momento es posible que algún ministro socialista hablara de reconocer, sin fecha fija, el derecho de autodeterminación del pueblo vasco, además de todo tipo de consideraciones sobre fórmulas para negociar con ETA.

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Ahora bien, los socialistas aseguran que siempre han querido separar el fin de la violencia de la negociación política para atender las reivindicaciones nacionalistas. Almunia espera que Aznar le llame para empezar la segunda ronda de entrevistas y le desvele algo más sobre las relaciones del Ejecutivo con los nacionalistas. "Espero en que Aznar haya estado en su papel, y no haya cedido más terreno del que ha cedido, porque lo han ocupado ya los nacionalistas con esas pretensiones de empezar un nuevo periodo constituyente".

A este respecto el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, pretende que en el Senado se den a conocer "los entresijos" de las Declaraciones de Barcelona y Estella. Ambas, suscritas por los nacionalistas y la segunda con participación de HB, desbordan el actual marco constitucional. "La paz en el norte del país no puede conseguirse a espaldas de los más débiles", dijo Ibarra.

También el candidato socialista a La Moncloa, José Borrell, apeló a la institución parlamentaria si se da el caso de que el proceso de tregua entre en un camino opaco. Los socialistas presentarían, en ese caso, una interpelación al Gobierno para que explicase qué ocurre. A Almunia le pareció bien esta propuesta. "Siempre estoy de acuerdo con lo que dice Borrell", dijo sonriendo. Con igual tono cordial se dirigió a Arzalluz y al portavoz parlamentario del PNV, Iñaki Anasagasti. El primero había hablado de bombas y el segundo llamó a Almunia "coronel Tapioca". "Les pido que cambien las metáforas bélicas por otras de tipo civil, ya que estamos en tregua", dijo.

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