Tribuna:DE PASADA

Películas

No más noches marxistas en la ópera. Y mañana, Escarlata, tampoco será otro día. Cuando silbes, porque me necesites, nadie responderá. Y ni siquiera nos quedará París. Ya se sabe: los cines buenos van al cielo y los minicines a todas partes. El Avenida, parapetado tras una trinchera de palomitas, pinchos y selecta nevería, sobrevivió los 400 golpes mientras caían, una tras otra, las 50 pantallas veraniegas, que alumbraban la noche de Sevilla en 1961, cuando Luis Rodríguez Romero se hizo cargo del cine trianero. No ha resistido, sin embargo, la embestida del puñado de dólares, la última escaram...

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No más noches marxistas en la ópera. Y mañana, Escarlata, tampoco será otro día. Cuando silbes, porque me necesites, nadie responderá. Y ni siquiera nos quedará París. Ya se sabe: los cines buenos van al cielo y los minicines a todas partes. El Avenida, parapetado tras una trinchera de palomitas, pinchos y selecta nevería, sobrevivió los 400 golpes mientras caían, una tras otra, las 50 pantallas veraniegas, que alumbraban la noche de Sevilla en 1961, cuando Luis Rodríguez Romero se hizo cargo del cine trianero. No ha resistido, sin embargo, la embestida del puñado de dólares, la última escaramuza urbanizadora y finisecular, ideada por el responsable de la gerencia de urbanismo, el andalucista Mariano Pérez de Ayala. Dice la ministra de todo el ramo cinematográfico menos Santiago Segura, a saber, Esperanza Aguirre, que "el cine no tiene colores políticos, no es de izquierdas ni de derechas" y que el cine español tiene el respaldo del vicepresi. Lástima que un alma de la sensibilidad de Álvarez Cascos no gobierne los planes especiales de urbanismo de Sevilla. A lo mejor, el Avenida reanudaría sus proyecciones en 1999 con un pase de Los vengadores, que siempre divierte más que averiguar a ojo la eficacia del detergente que utiliza el vecindario que ocupará las nuevas casas. El asunto es que PA y PP han cortado el rollo de la sala de la calle Pagés del Corro. Los socialistas municipales no han dicho ni sí ni no. No les gustará el celuloide. E Izquierda Unida, muy en su papel, se ha lanzado a batallar por una guerra perdida. Luis Pizarro, portavoz de IU, acudió el viernes al pase protesta de Al caer el sol, con tan mala sombra que cayó un aguacero que sólo respetó los títulos de crédito, que anunciaban el duelo entre Paul Newman, Susan Sarandon y Gene Hackman. La plataforma en defensa del cine, avalada por 10.000 firmas, leyó un comunicado póstumo. Los guionistas malos dicen que los vecinos deberían alegrarse porque tendrán más plazas de estacionamiento y, en verano, un cine de quita y pon. De ésos que van a todas partes. Menos mal que los políticos que se cargan los cines nos compensan con sus películas. Y los periódicos siempre están llenos de buenos guiones. Gracias a ellos sabemos que en las facultades de letras se consumen más preservativos que en las de ciencias. Lo dice un empresario reponedor de profilácticos. Neorrealismo puro.

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