LA CRISIS RUSA

Dos opciones para superar el conflicto

Mientras la oposición se prepara para votar mañana, por segunda vez, en contra del primer ministro en funciones, Víktor Chernomirdin, en los corredores del Kremlin se estudian las diferentes tácticas a aplicar en el caso de que el presidente Borís Yeltsin no cambie de candidato a jefe de Gobierno y éste sea rechazado por tercera vez.Si esto sucediera, el presidente, según la Constitución, debería disolver la Duma y llamar a nuevas elecciones en el plazo de tres meses. Ahora bien, existe la esperanza de que los parlamentarios acaben votando a Chernomirdin para evitar caer en la trampa legal que...

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Mientras la oposición se prepara para votar mañana, por segunda vez, en contra del primer ministro en funciones, Víktor Chernomirdin, en los corredores del Kremlin se estudian las diferentes tácticas a aplicar en el caso de que el presidente Borís Yeltsin no cambie de candidato a jefe de Gobierno y éste sea rechazado por tercera vez.Si esto sucediera, el presidente, según la Constitución, debería disolver la Duma y llamar a nuevas elecciones en el plazo de tres meses. Ahora bien, existe la esperanza de que los parlamentarios acaben votando a Chernomirdin para evitar caer en la trampa legal que ellos mismos pusieron el año pasado. Resulta que, según la ley que aprobaron, para participar en los comicios en su condición de partidos éstos deben haberse reinscrito en el Ministerio de Justicia un año antes de las elecciones. Y tanto los comunistas como el Partido Liberal Democrático, Nuestra Casa es Rusia y Yábloko se reinscribieron sólo entre mayo y junio de este año, por lo que no podrían participar como partidos. O sea, que las elecciones anticipadas se celebrarían sólo de acuerdo al sistema mayoritario (un diputado por circunscripción electoral). Por eso, muchos diputados, que saben que no serán elegidos por este sistema, votarán a favor de Chernomirdin.

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Ahora bien, si Yeltsin no quiere arriesgarse, ya se le ha propuesto un guión para evitar nuevos comicios. El presidente disolvería la Duma y, cuando la Comisión Electoral fijara la fecha de nuevas elecciones, Yeltsin anularía la decisión e impondría, con el acuerdo del Consejo de la Federación, el estado de excepción en todo el país alegando la crisis. Esto le permitiría acabar con la oposición y aplicar el programa económico que considere necesario. Es, entre paréntesis, lo que de hecho ha pedido el magnate Borís Berezovski: no hacer concesiones y seguir adelante a toda costa con las reformas.

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