Tribuna:

Se mantienen las incógnitas

La onda de optimismo que lanzó Wall Street con su subida del pasado martes llegó a la Bolsa española en forma de recuperación tras varios días de descensos. Los valores más favorecidos por este cambio de orientación fueron, como no podía ser de otra manera, los más perjudicados por la tormenta de los últimos días de agosto. Este fue el caso de los títulos de los grandes bancos: Santander se apuntó una ganancia de 170 pesetas, el 6,18%; BBV, 60 pesetas, el 3%; BCH, 80 pesetas, el 5,78%. Parte de la corriente inversora recaló en los valores eléctricos, entre los que destacó Endesa, con una reval...

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La onda de optimismo que lanzó Wall Street con su subida del pasado martes llegó a la Bolsa española en forma de recuperación tras varios días de descensos. Los valores más favorecidos por este cambio de orientación fueron, como no podía ser de otra manera, los más perjudicados por la tormenta de los últimos días de agosto. Este fue el caso de los títulos de los grandes bancos: Santander se apuntó una ganancia de 170 pesetas, el 6,18%; BBV, 60 pesetas, el 3%; BCH, 80 pesetas, el 5,78%. Parte de la corriente inversora recaló en los valores eléctricos, entre los que destacó Endesa, con una revalorización del 5,03%. Autopistas y Telefónica fueron otros de los valores, entre los más que más volumen de contratación polarizan, que cerraron con significativas recuperaciones.

El apetito con el que ayer se levantaron los inversores gracias al cierre de Nueva York se impuso incluso sobre las noticias no demasiado alentadoras que se conocieron durante la jornada, como, por ejemplo, la devaluación de la moneda colombiana, que puede tener consecuencias a medio plazo sobre los intereses de las grandes empresas españolas. Más previsible era la falta de reacción a la continuidad de la inestabilidad en Rusia. ¿Cuál es la novedad? Sin embargo, todo parece indicar que el repunte de ayer no permite hablar de cambio de tendencia o de moderación del descenso desencadenado en el agosto negro. Los analistas apuntan a una aparición de dinero atraído por los bajos precios a los que han llegado los valores estrella del mercado español. Nadie se atreve a dar por cerrado el episodio de turbulencias e inestabilidad por el simple hecho de que las circunstancias que los motivaron continúan aún claramente vigentes. Las incógnitas se mantienen.

Probablemente los inversores continuarán atentos a los datos contenidos en los indicadores de la economía norteamericana y a la política de tipos de interés de la Reserva Federal y de los bancos centrales antes de volver a apostar por una recuperación sostenida de los mercados internacionales.

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