30 días para probar que las torturas son cosa del pasado

VIOLENCIA EN EL PAÍS VASCOLa anulación de la extradición a España del etarra Ramón Aldasoro decidida ayer por el juez Lawrence King es una nueva derrota internacional para la lucha antiterrorista, que hay que sumar a la registrada hace pocas semanas en Bélgica. Como tantos magistrados norteamericanos, el juez King es sensible a las acusaciones de torturas y máxime si estas proceden de un país con un triste pasado en esta materia como España. Ahora, los representantes del Gobierno español tienen un mes para probar que las torturas son cosa del pasado.Hace algo más de dos meses, el Gobier...

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VIOLENCIA EN EL PAÍS VASCOLa anulación de la extradición a España del etarra Ramón Aldasoro decidida ayer por el juez Lawrence King es una nueva derrota internacional para la lucha antiterrorista, que hay que sumar a la registrada hace pocas semanas en Bélgica. Como tantos magistrados norteamericanos, el juez King es sensible a las acusaciones de torturas y máxime si estas proceden de un país con un triste pasado en esta materia como España. Ahora, los representantes del Gobierno español tienen un mes para probar que las torturas son cosa del pasado.Hace algo más de dos meses, el Gobierno español cantó victoria cuando, tras examinar con lupa esas denuncias de torturas, el juez Ted Bandstra las desestimó y sentenció que las acusaciones que pesan en España sobre Aldasoro están bien fundamentadas y no son de naturaleza política. Tras la decisión de Bandstra, Aldasoro, nacido hace 42 años en la localidad vizcaína de Otxandiano y electricista de profesión, se convirtió en el primer presunto etarra que EE UU iba a extraditar a España.

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Aldasoro, antiguo miembro de los comandos Tontorramendi y Araba, fue detenido el pasado diciembre por el FBI en Miami, donde se había fabricado la falsa identidad de un vendedor de automóviles Toyota llamado Gaspar Axpe. Había llegado a EE UU procedente de México.

El sumario de Aldasoro, tramitado por el juzgado central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, le relaciona con varios atentados terroristas cometidos entre 1983 y 1988, entre otros el asesinato de dos guardias civiles y el del general de Aviación Luis Azcárraga Pérez-Caballero. El general recibió un tiro en la nuca cuando regresaba de misa en Vitoria.

Las principales pruebas en contra de Aldasoro son las confesiones de tres de sus ex compañeros. Ahora, los etarras dicen que esas confesiones fueron obtenidas bajo tortura.

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