OLEADA DE INCENDIOS EN GALICIA

La madera que arde

La madera quemada de frondosas y coníferas se paga, cuando más, a un tercio de su cotización en verde, según Comisiones Obreras, y la industria la aprovecha al 95% para fabricar aglomerados, fibras y otros compuestos de triturados.El director de Montes de la Xunta, Fernández-Couto, admite que algún que otro pequeño intermediario pueda recurrir al fuego "para comprar madera donde los propietarios no quieren vender", pero la Xunta no ha intervenido nunca ese mercado.

"La industria paga lo mismo por la madera quemada, su devaluación es un tópico", asegura Carlos del Álamo, el consejero de ...

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La madera quemada de frondosas y coníferas se paga, cuando más, a un tercio de su cotización en verde, según Comisiones Obreras, y la industria la aprovecha al 95% para fabricar aglomerados, fibras y otros compuestos de triturados.El director de Montes de la Xunta, Fernández-Couto, admite que algún que otro pequeño intermediario pueda recurrir al fuego "para comprar madera donde los propietarios no quieren vender", pero la Xunta no ha intervenido nunca ese mercado.

"La industria paga lo mismo por la madera quemada, su devaluación es un tópico", asegura Carlos del Álamo, el consejero de Medio Ambiente. "Descarto que alguien se aproveche de esa manera". También la Empresa Nacional de Celulosas, radicada en Pontevedra, desmintió que utilice madera calcinada para producir pasta de papel.

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El BNG la había señalado beneficiaria de los incendios, junto con las empresas dedicadas a la repoblación forestal, e inspiradora de la política de la Xunta en la materia. "Quienes intentan sacar rentabilidad política a un desastre de estas características deberían dar razón de sus palabras", respondió Celulosas.

Desde las empresas de servicios forestales se replicó al BNG por sus mensajes "de fracaso, de invocación de fantasmas sobre las empresas madereras y de integrismo ecológico o de fundamentalismo utópico sobre especies buenas y malas". Los nacionalistas reclaman una mayor proporción de especies autóctonas, más resistentes a las llamas, en la alfombra de pinos y eucaliptos.

"En 1990 suprimimos las subvenciones al eucalipto y elevamos un 90% las de las especies autóctonas", señala Del Álamo.

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"Hoy damos 75.000 pesetas por hectárea de eucalipto", explica el consejero, "con la obligación de acompañar el 50% de la plantación de otra especie, y subvencionamos hasta con 400.000 pesetas la plantación de frondosas, que tardan más en crecer. Pero no podemos obligar a nadie. Ya es un héroe el que planta eucalipto: es una inversión a 15 o 20 años y a ver quién invierte hoy a ese plazo en cualquier otro sector".

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