Inmigración

Nos enteramos ahora, un mes después de sucedida la tragedia, de la muerte de 38 de los tripulantes de una patera en las proximidades de Melilla. Por sorprendente que parezca, sólo un diario local de esa ciudad se hizo eco de la noticia, aunque la difundió una semana después de que aconteciera. De ahí su casi nula trascendencia a nivel nacional. Yo no he visto por ningún medio de comunicación asomar el sonrojo de ningún representante, con la suficiente relevancia, del Gobierno español, de mi Gobierno, para dar explicaciones sobre el tema. El Ministerio del Interior parece justificar su no act...

Nos enteramos ahora, un mes después de sucedida la tragedia, de la muerte de 38 de los tripulantes de una patera en las proximidades de Melilla. Por sorprendente que parezca, sólo un diario local de esa ciudad se hizo eco de la noticia, aunque la difundió una semana después de que aconteciera. De ahí su casi nula trascendencia a nivel nacional. Yo no he visto por ningún medio de comunicación asomar el sonrojo de ningún representante, con la suficiente relevancia, del Gobierno español, de mi Gobierno, para dar explicaciones sobre el tema. El Ministerio del Interior parece justificar su no actuación ni difusión de la noticia en el dato de que la tragedia se produjo en aguas marroquíes, aunque a escasos metros de Melilla. ¡Genial justificación!

La irresponsable actitud que el Gobierno de España está tomando ante el grave problema de la inmigración en general y de los norteafricanos de las pateras en particular clama al cielo, apesta a hipocresía y a chalaneo. ¿Cómo se puede silenciar el ahogamiento de 38 personas porque sea o no (eso está por ver) exclusiva competencia del Gobierno marroquí?

Claro que, en contrapartida, hace un año Aznar proclamaba con ufanía: "Teníamos un problema y lo hemos solucionado", cuando la policía española narcotizó a un buen número de centroafricanos para remitirlos a sus países de origen.

Ésta es la forma de solucionar los problemas aquí, cuando en países europeos que tienen el mismo problema, como Italia o Francia, se están esforzando por poner soluciones serias, humanas y eficaces.

En los años sesenta, mi padre, como varios millones más de españoles, tuvo que salir del país para escapar de la miseria. Estuvo poco tiempo en Francia, y hoy, casi 40 años después, cuando ya ni se acordaba, el Gobierno francés le comunica que tiene derecho a pensión por su año de trabajo realizado allí.

Aquí los narcotizamos, los estafamos, los hacinamos en guetos (Melilla), los obligamos a prostituirse... Así soluciona este Gobierno los problemas.-