Una discusión académica

"Sería positivo que los poderes públicos estimulasen la continuación de esta discusión en el ámbito académico, contando con las aportaciones ya realizadas, sobre el tipo de historia que debe ser enseñada", se afirma en el dictamen de la comisión de humanidades. En él se reclama "el respeto a los hechos históricos" y "a la comunidad científica de los historiadores", y se hace una advertencia: "La manipulación o distorsión de los hechos históricos en función de los intereses presentes, de posiciones ideológicas o de proyectos colectivos de futuro representa, en mayor o menor grado, una rechazabl...

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"Sería positivo que los poderes públicos estimulasen la continuación de esta discusión en el ámbito académico, contando con las aportaciones ya realizadas, sobre el tipo de historia que debe ser enseñada", se afirma en el dictamen de la comisión de humanidades. En él se reclama "el respeto a los hechos históricos" y "a la comunidad científica de los historiadores", y se hace una advertencia: "La manipulación o distorsión de los hechos históricos en función de los intereses presentes, de posiciones ideológicas o de proyectos colectivos de futuro representa, en mayor o menor grado, una rechazable mistificación de la historia".Una de las principales aportaciones fue planteada por Carmen Iglesias: ver el pasado con los anteojos del presente conduce al anacronismo y a una errónea concepción determinista o teleológica de la historia. En palabras de Iglesias, "los valores del presente nos abren perspectivas para investigar el pasado, pero no es razonable creer que el pasado ya estaba escrito para llegar de forma irrevocable al actual Estado de las autonomías".

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Otra aportación básica fue la necesidad del orden cronológico como hilo conductor del estudio de la historia, a propuesta de Carlos Seco Serrano. "Se trata de una vertebración lógica de los contenidos, no de una sugerencia para que los alumnos se aprendan listas de fechas y de personajes", afirma el catedrático Arsenio Moreno, representante andaluz. De hecho, el dictamen advierte que la necesidad de que los alumnos consoliden "un caudal mínimo de datos históricos que les permita situar los grandes acontecimientos" no debe llevar a los "pretéritos excesos de retención memorística".

La comisión reclama que se abandone la tentación del "esencialismo unitario y dogmático" al enseñar la historia de España, pero también que se supere "la perspectiva local para abrirse a contenidos adecuados de la historia universal", y en particular de Europa.

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