Berlusconi, condenado a dos años y nueve meses de cárcel por soborno al fisco

Silvio Berlusconi, dueño del segundo mayor imperio económico privado de Italia, exprimer ministro y líder de la oposición conservadora, fue condenado ayer por un tribunal de Milán a dos años y nueve meses de cárcel por sobornar a la Guardia de Finanza, la policía financiera. Berlusconi no deberá ingresar en prisión -que en Italia queda reservada a las penas de más de tres años-, pero la condena, la segunda que recibe en el plazo de siete meses, supone un serio revés para el magnate de la televisión privada, que ayer criticó duramente la decisión de los jueces.

La única satisfacción para...

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Silvio Berlusconi, dueño del segundo mayor imperio económico privado de Italia, exprimer ministro y líder de la oposición conservadora, fue condenado ayer por un tribunal de Milán a dos años y nueve meses de cárcel por sobornar a la Guardia de Finanza, la policía financiera. Berlusconi no deberá ingresar en prisión -que en Italia queda reservada a las penas de más de tres años-, pero la condena, la segunda que recibe en el plazo de siete meses, supone un serio revés para el magnate de la televisión privada, que ayer criticó duramente la decisión de los jueces.

La única satisfacción para Berlusconi fue la absolución de su hermano Paolo, alto cargo del grupo de empresas Fininvest. Ennio Amedio, abogado defensor de Berlusconi anunció ayer que recurrirá la sentencia.La primera reacción de Berlusconi tras el fallo fue lapidaria. "Cuando se usa el arma de los procesos políticos para eliminar a la oposición democrática", dijo el líder del Polo de la Libertad, "es que ya no se vive en una democracia, sino en un régimen. A partir de ahora, no haremos la oposición a un gobierno, sino a un régimen".

Las declaraciones del magnate de la televisión privada italiana llegaron apenas 45 minutos después de que la presidenta de la Sala Séptima del Tribunal de Milán, Francesca Manca, leyera la sentencia condenatoria que, a juzgar por lo dilatado de las deliberaciones -los magistrados estuvieron reunidos más de seis horas- no fue fácil de decidir.

Finalmente, la Sala estimó fundadas las acusaciones del fiscal Gherardo Colombo, uno de los exponentes más activos del movimiento Manos Limpias, e impuso casi por completo la pena solicita contra Berlusconi en enero pasado: tres años de cárcel.

Silvio Berlusconi era el principal implicado en el proceso -el primero de los iniciados por los magistrados de Milán, contra el empresario- en su calidad de presidente de Fininvest, la sociedad acusada de haber entregado unos 33 millones de pesetas a varios miembros de la Guardia de Finanza para evitar una investigación exhaustiva de las cuentas de cuatro de las empresas del grupo: la editorial Mondadori, Videotime, Mediolanum Vita y Telepiú.

La primera noticia de que la justicia italiana había iniciado una investigación por este caso de soborno -que se desarrolló entre 1989 y 1991- llegó hasta Berlusconi en noviembre de 1994, cuando, como primer ministro italiano, presidía en Nápoles una reunión de la ONU contra el crimen organizado. Una pareja de carabineros le entregó, para bochorno general, un aviso de garantía, es decir,una notificación judicial de que debía presentarse ante los magistrados de Milán. Este incidente -que tendría un importante peso en el rápido deterioro de la imagen público del entonces jefe del Gobierno italiano- ha sido mil veces esgrimido por Berlusconi como prueba irrefutable de que los jueces de Milán, y en especial el colectivo de magistrados del movimiento Manos Limpias que destapó en 1992 el escándalo de corrupción denominado Tangentópoli, actuaban sesgadamente contra él.

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Berlusconi ha solicitado recientemente que se constituya una comisión parlamentaria para investigar estos escándalos, pero es poco probable que el Parlamento italiano, que debate la propuesta en estos momentos, autorice su creación.

Afortunadamente para el empresario y político - que ya pudo eludir la cárcel cuando en diciembre pasado fue condenado a un año y cuatro meses de prisión por fraude en la compra de la distribuidora cinematográfica Medusa- tampoco se arriesga esta vez a ingresar en un centro penitenciario.

La denominada Ley Simeoni, que entró en vigor hace dos semanas, no contempla la reclusión más que en el caso de penas superiores a los tres años.

Junto a Berlusconi han sido condenadas otras siete personas: cuatro miembros de la Guardia de Finanza, cada uno a dos años y dos meses, y tres ejecutivos de Fininvest, a dos años cada uno. Sin embargo, los jueces han aceptado la inocencia de Paolo Berlusconi.

El líder de Forza Italia tiene algunas otras citas con la justicia italiana. Además, está acusado ante la jurisdicción española de fraude fiscal por operaciones de venta de acciones de la cadena española Tele 5.

En Italia, le espera aún la decisión judicial en el proceso All Iberian, la sociedad fantasma del grupo Fininvest que giró ingresos por valor de más de 1.500 millones de pesetas al ex primer ministro socialista Bettino Craxi. Esta última sentencia está prevista para el lunes.

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