El primer ministro albanés, contrario a la independencia de Kosovo
El primer ministro albanés, Fatos Nano, manifestó ayer su oposición a la independencia de Kosovo y apuntó que esta región serbia de mayoría albanesa debería ser la tercera componente de la Federación Yugoslava, que actualmente se compone de dos Repúblicas: Serbia —de la cual forma parte Kosovo— y Montenegro.
El primer ministro afirmó desde Crans-Montana (Suiza), donde asiste a un foro económico, que lo primero que hay que hacer en Kosovo es "acabar con las hostilidades" para negociar después una solución. Entre las soluciones posibles para acabar con el conflicto, Fatos Nano...
El primer ministro albanés, Fatos Nano, manifestó ayer su oposición a la independencia de Kosovo y apuntó que esta región serbia de mayoría albanesa debería ser la tercera componente de la Federación Yugoslava, que actualmente se compone de dos Repúblicas: Serbia —de la cual forma parte Kosovo— y Montenegro.
El primer ministro afirmó desde Crans-Montana (Suiza), donde asiste a un foro económico, que lo primero que hay que hacer en Kosovo es "acabar con las hostilidades" para negociar después una solución. Entre las soluciones posibles para acabar con el conflicto, Fatos Nano apuntó dotar de "un estatuto de República a Kosovo dentro de la República Federal de Yugoslavia sin que pueda (Kosovo) tener derecho a la secesión".
Mientras tanto, el mediador estadounidense Richard Holbrooke manifestó ayer en Pristina que no posee "una solución mágica para acabar con la crisis que vive Kosovo", pero que estaba haciendo "todo lo posible para evitar que se desencadene una guerra generalizada en la zona".
"No tengo ni soluciones mágicas ni balas mágicas para la paz", dijo después de entrevistarse con el líder separatista albanokosovar Ibrahim Rugova. "Todos estamos de acuerdo en que vivimos un momento muy peligroso y que el objetivo es evitar que este conflicto se convierta en una guerra a nivel general", dijo.
Cientos de personas han muerto desde que el conflicto estalló el pasado mes de febrero, cuando la policía serbia asesinó a más de 80 personas, incluidas 25 mujeres albanesas y niños en diferentes asaltos contra cuarteles del insurgente Ejército de Liberación de Kosovo (ELK).