Yeltsin 'rescata' a Chubáis para negociar con el FMI

Borís Yeltsin ha recurrido nuevamente a Anatoli Chubáis para intentar apartar a la economía rusa del borde mismo del abismo. El ex vicejefe de Gobierno fue nombrado ayer representante especial del presidente ante los organismos financieros internacionales, con rango de viceprimer ministro, y puede convertirse de hecho en el gran coordinador para superar la más grave crisis financiera sufrida por el país en los últimos años.Su primera misión será negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un crédito especial de unos 10.000 millones de dólares (1,5 billones de pesetas) que la Bolsa y el...

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Borís Yeltsin ha recurrido nuevamente a Anatoli Chubáis para intentar apartar a la economía rusa del borde mismo del abismo. El ex vicejefe de Gobierno fue nombrado ayer representante especial del presidente ante los organismos financieros internacionales, con rango de viceprimer ministro, y puede convertirse de hecho en el gran coordinador para superar la más grave crisis financiera sufrida por el país en los últimos años.Su primera misión será negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un crédito especial de unos 10.000 millones de dólares (1,5 billones de pesetas) que la Bolsa y el rublo necesitan desesperadamente para vencer la desconfianza de los inversores.

El regreso ha sido casi tan espectacular como la caída, aunque había tenido un importante prólogo con el nombramiento de Chubáis como presidente de la mayor compañía eléctrica de Rusia y del mundo, un monopolio cuyos recursos pueden ser vitales en la campaña presidencial del año 2000.

Un hombre odiado

El pasado marzo, cuando Yeltsin destituyó a su primer ministro durante cinco años, Víktor Chernomirdin, eliminó también a Chubáis. Éste, odiado hasta el paroxismo por la oposición comunista y nacionalista que domina el Parlamento, era el único superviviente entre los implicados en el escándalo por el cobro de descomunales derechos de autor por un supuesto libro sobre privatizaciones.Chubáis, tal vez el principal cerebro de la reforma económica radical de los últimos años, es muy impopular en Rusia a causa de la ruina que causó a millones de personas su primer programa de privatizaciones. También se ganó numerosos enemigos entre algunos de los grandes magnates que se sintieron perjudicados por las condiciones de la subasta, el pasado verano, de algunas grandes empresas públicas. Sin embargo, era considerado en el exterior, y lo sigue siendo, el principal garante de la estabilidad del sistema y el hombre con el que se puede negociar con un lenguaje y un objetivo comunes.

Ahora, aunque el Gobierno asegure que no se ha pedido ningún crédito adicional del FMI, y por mucho que desde el exterior se haya dicho que la ayuda económica llegará "si es necesaria", los mercados quieren tocar dinero para recuperar la confianza. El próximo lunes llegará a Moscú una misión del FMI para discutir sobre el préstamo de estabilización, y será Chubáis quien lleve la voz cantante.

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