Núñez: "Los estatutos no permitían a los consejeros hacer negocios tomando como contraparte al banco"
Ramiro Núñez, ex secretario de la comisión ejecutiva de Banesto, modificó ayer su actitud del pasado viernes 5 de junio y contestó varias preguntas que, basadas en las de Banesto, le fueron formuladas por su abogado, Hilario Fernández Marqués.
Empezó Núñez con un preámbulo defensivo ante el abogado Luis Muñiz, de AGF-Unión y el Fénix, pero también respondió a sus preguntas.
Fernández Marqués, con tono impecablemente neutro, preguntó a su cliente por los estatutos de Banesto y de la Corporación, un tema que originó en la declaración de Conde y de Romaní no poca hojarasca.
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Ramiro Núñez, ex secretario de la comisión ejecutiva de Banesto, modificó ayer su actitud del pasado viernes 5 de junio y contestó varias preguntas que, basadas en las de Banesto, le fueron formuladas por su abogado, Hilario Fernández Marqués.
Empezó Núñez con un preámbulo defensivo ante el abogado Luis Muñiz, de AGF-Unión y el Fénix, pero también respondió a sus preguntas.
Fernández Marqués, con tono impecablemente neutro, preguntó a su cliente por los estatutos de Banesto y de la Corporación, un tema que originó en la declaración de Conde y de Romaní no poca hojarasca.
El artículo, el 26 en Banesto y el 24 en Corporación, dice: "Los administradores de la sociedad no pueden hacer con ella operaciones o contratos sin autorización de la junta general, pero tienen absoluta libertad para comprometerse, en unión con la sociedad, con una tercera persona, y asimismo pueden tomar parte en toda operación que ceda la sociedad o en la que admita partícipes". Núñez explicó que los consejeros podían, junta general mediante, "comprometerse conjuntamente con el banco".
-¿Tomando como contraparte al banco? -apretó su propio letrado.
-De lo que se trata... Creo que el artículo es de raigambre francesa. La racionalidad del artículo es evitar conflictos de intereses.
-¿Conoció alguna exención a esa cláusula por parte de algún consejero?
-No, no la recuerdo.
Tanto las operaciones de Arturo Romaní como las de Rafael Pérez Escolar tuvieron a Banesto como "contraparte".
Núñez dijo que "todos" los créditos por encima de 500 millones, más allá de su situación, debían llevarse a la comisión ejecutiva, y que sólo el presidente y la comisión ejecutiva tenían poderes para dar créditos. El aval del Banco de Vitoria a Valyser por 2.000 millones, pues, queda en el alero. Fue concedido antes de pasar por la comisión ejecutiva tanto del Vitoria como de Banesto.